Iraola pone en evidencia al Madrid
Definitivamente, Iraola es el entrenador de LaLiga. La colección de méritos del Rayo alcanzó su cénit contra un Real Madrid abrumado por la superioridad futbolística de su rival. Un equipo jugó, el otro solo intentó sobrevivir a base de individualidades. El Rayo gestionó todos los registros con maestría. Su nivel colectivo en la presión y activación tras pérdida condicionó el mal partido con balón del Madrid, apegado únicamente a algunos ramalazos de Asensio. Con su verticalidad en las transiciones, desmadejó al equipo de Ancelotti. La recurrente posición de Isi en zonas interiores para liberar el otro lado y buscar situaciones de dos contra uno con Fran García y Álvaro García, protagonista en todos los goles, hizo tanto daño que sorprende que el Madrid no reparara en ello. Es un mecanismo habitual de Iraola, difícil de defender por la precisión y el vigor con la que se ejecuta, pero el bloque madridista se venció con facilidad en la basculación y se desarraigó atrás. Carvajal y Mendy fueron un desastre, aunque tampoco contaron con coberturas afines. Tchouameni se descolgó de su posición, Modric y Valverde no achicaron y los tres de arriba apenas se desgastaron en facetas sin balón.
El Rayo no paró de abrir espacios, de correr y atosigar, de hilar y llegar. Su ocupación en el terreno de juego fue perfecta, manejando todo tipo de situaciones. Arriba apretó y arrugó la salida madridista, que solo encontró la pausa cuando Modric se retrasaba. Pero entonces se perdía el enlace en el medio. El posicionamiento local, tanto si presionaba en campo contrario como en contextos de repliegue intensivo, cerró todas las puertas. Ahí Comesaña y Óscar Valentín funcionan como un reloj para equilibrar la estructura. Lanzado por su alto ritmo, el Rayo destapó todas las carencias que ya había deslizado tener el Madrid en esta serie de partidos. Los rivales siempre encuentran atajos por los costados, cierra mal la frontal del área y se descose en el retroceso. Pero Vallecas también fue sede de las contrariedades del Madrid con la pelota. Sin Kroos y Benzema faltaron apoyos creativos. Además, Vinicius anda bajo, Valverde no fluyó y Rodrygo se perdió. Tenía que ser el Rayo de Iraola el equipo que acabara de descubrir las miserias del Madrid.
¿Quién cierra?
La jugada en la banda entre Fran y Álvaro García deriva en el gol de Comesaña, que remata solo en la frontal. Tchouameni está muy basculado a la derecha y Modric no interviene. Este error se repite con asiduidad desde el adiós de Casemiro.