Guardiola o la nueva Catedral de Notre Dame
Le conté a un amigo guardiolista que iba a escribir esta columna sobre Guardiola y me emplazó a la moderación. “Seguro que algún ayudante de Miguel Ángel también criticó la Capilla Sixtina desde debajo del andamio”, me dijo. Me pareció una comparación tan exagerada como acertada porque el guardiolismo lleva muchos años convertido en, más que un estilo futbolístico, una corriente artística.
Tras ocho derrotas en once partidos, la crisis actual de Guardiola casi se siente como la destrucción de la Catedral de Notre Dame, con las llamas devorando la mampostería de toda una filosofía. ¿Qué le está pasando a Guardiola? ¿Por qué ha empezado a perder sus formas hasta el punto de arañarse la cabeza durante un partido? ¿Se ha cansado el equipo de su intensidad? ¿Ha desaparecido la ambición después de tanto éxito? Decía Ramón Besa en El País que Guardiola está luchando contra sí mismo; yo creo que su lucha es aún mayor: está luchando contra su pasado, y no hay rival más fuerte que el de la nostalgia de tiempos mejores, con tu mejor versión mandándote recuerdos.
El equipo padece las lesiones, fundamentalmente la de Rodri, pero todavía padece más el sesgo de resultados, haciendo que el declive parezca aparentemente inexplicable. Guardiola lo sufrió como jugador, sabe perfectamente en qué consiste: quieres ganar. Estás desesperado por ganar. Pero no ganas. Incluso una pequeñísima disminución en el rendimiento de un solo jugador tiene un efecto conjunto. Nada funciona. Todo parece roto. Pero solo necesitas volver a ganar de nuevo.
Existe la posibilidad, cada vez más real, de que Guardiola no encuentre la fórmula táctica y motivacional para revertir la situación. Ninguna hegemonía dura para siempre, puede que ni siquiera la suya. Pero también existe la posibilidad de que el equipo encadene dos, tres victorias, recupere la confianza y los cimientos se vuelvan a asentar como en la nueva Notre Dame: diferente, pero tan luminosa que parece casi irreal, una versión impresa en 3D de sí misma. Quién sabe, igual estamos asistiendo al nacimiento de una nueva versión de Guardiola, restauración mediante.