Griezmann ha alcanzado la paz

No ganó el Atleti, a última hora le sacó el Rayo un empate gracias a un penalti de VAR por imprudencia de Giménez, pero queda una buena noticia para los rojiblancos: Griezmann ha encontrado la paz y ha vuelto a jugar de maravilla. He aquí un jugador que perdió el sitio por razones de vanidad y que ahora, atravesada la barrera de los treinta, ha encontrado el sosiego. El otro día dijo que lamentaba haberse portado mal con el Atlético, lamentó su infidelidad al irse al Barça y quizá ese descargo de conciencia le haya ayudado. Volvió hace ya un año largo, pero en todo el curso pasado no anduvo, en parte por culpa de una larga lesión.

Fue un ataque de vanidad. Empezó con aquello de “quiero comer en la mesa de Cristiano y Messi”, pretensión excesiva, pues en aquella mesa no había más sillas. Luego el turre de me quiero ir al Barça para ganar algo. Pero justo el año antes de llegar él los de Simeone acababan de ganar LaLiga, y si luego de eso no ganaron la Champions fue porque él falló un penalti. Después, una larga indecisión y aquella ridiculez del vídeo elaborado con Piqué para decir que se quedaba un año más… Con mejora, eso sí. Por fin se fue y pinchó. Allí no le quisieron por muchos ‘confeti’ rojos y azules que se echara por la cabeza cuando metió un gol.

Regresó a su casa, rebajando mucho el dinero. Ha soportado como algo necesario este periodo en el que sólo podía entrar con el segundo tiempo avanzado. Ya no es un chico caprichoso, ahora es un tipo serio que sabe cómo son las cosas, se ha quitado pájaros de la cabeza y disfruta el fútbol. Atiende a las órdenes de Simeone, juega con panorama y ataca el área, ayer dio un gol y marcó otro que el sexador de pollos esfumó. Pero en la retina queda su estupendo partido y la esperanza de que, con sus 31 años, que ya no son los de antes, le quede mucho fútbol. Se me ocurre que João Félix, que anda tan confundido, podría recibir buenos consejos de él.