OPINIÓN

Giuliano se doctora en El Toralín

Doblete del ‘Cholito’, pleno de hambre, entusiasmo y acierto, en una victoria indispensable y reparadora del Real Zaragoza.

Giuliano celebra el primer gol del partido.
Luis de la Mata | DiarioAS
Pedro Luis Ferrer
Delegado en Aragón de Diario AS desde 2004. Licenciado en Ciencias de la Información-Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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El Real Zaragoza rompió su maleficio en El Toralín, donde nunca había ganado, y se trajo una victoria indispensable y reparadora que apaga las primeras alarmas y saca a Juan Carlos Carcedo del disparadero. Y lo hizo gracias a un partido tremendo de Giuliano Simeone, bigoleador y agitador supremo de un equipo aragonés al que sólo le valía el triunfo en Ponferrada. Hacía años que no se veía una actuación individual así en el Zaragoza.

Carcedo agitó a su equipo obligado por la necesidad y las circunstancias y presentó una alineación con cuatro novedades: Fuentes, que protagonizó un convincente debut en el lateral izquierdo, Jaume Grau, Vada y Mollejo. El técnico, por lo visto, aún no ve al gigante Gueye como titular.

El Zaragoza, que recuperó el orden y cierto concierto, salió como un cohete y enseguida obtuvo premio con un golazo de Giuliano, un delantero vertical, de entusiasmo y de fe inquebrantable que está creciendo como la espuma. El ‘Cholito’, un incordio permanente, con piernas, pulmones y acierto, recibió de Mollejo, le hizo un sombrero al central Pascanu y resolvió con precisión sobre la salida del portero. Un gol espléndido, que Giuliano celebró con alma. Y no era para menos.

La Ponfe tuvo una tímida reacción, pero Cristian Álvarez apareció para negarle el empate a Derick cinco minutos antes de que Vada perdonara el 0-2, tras una gran acción de Giuliano, que estuvo en todas y que no dejó de buscar el gol con ahínco.

La Ponferradina hace los partidos muy abiertos y el Zaragoza pudo decidir a la contra, pero al filo del descanso encajó un gol inesperado en un gran disparo desde 30 metros de Nwakali, que cogió a la defensa hundida -el equipo de la presión alta vive luego aculado en su área- y a Cristian Álvarez quizá demasiado adelantado. El caso es que un duelo que debía haber sentenciado el Zaragoza se marchó igualado al intermedio.

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Pero otra vez apareció Giuliano, nada más comenzar la segunda mitad y a la salida de un córner, para poner por segunda vez al Zaragoza por delante y firmar un doblete que le erigió en el héroe de la tarde en El Toralín y disparó sus expectativas.

Se le abrieron entonces de nuevo los espacios al equipo aragonés, que disfrutó de tres o cuatro ocasiones muy claras, incluido un remate de Puche al palo, para haber firmado una goleada resonante, pero no le sobra, precisamente, el gol al Zaragoza y acaso nadie quiso restarle el menor protagonismo el partido excelso del ‘Cholito’. Giuliano se doctoró en El Toralín.

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