Gabi y el Zaragoza cogen aire
Victoria fundamental del equipo aragonés, con un golazo de Sebas Moyano, que evita una crisis mayúscula todavía en el mes de septiembre.


Gabi llegó en tiempo de descuento a Mendizorroza, exilio temporal del Mirandés, y se marcha aliviado por una victoria imprescindible que acaba con seis jornadas de extravío del Real Zaragoza. Respira el técnico, cuyos detractores no dejaban de crecer, y coge aire el equipo aragonés, que necesitaba un triunfo para no abocarse a una crisis mayúscula todavía en el mes de septiembre.
Gabi anunció en la víspera piernas frescas y mentes despejadas y presentó una alineación con hasta siete novedades, una apuesta que le acabó saliendo bien: Andrada –que hizo su debut-, Francho, Insua, Tachi -que también se estrenó en partido oficial-, Pomares, Raúl Guti y Cuenca relevaron a Adrián, Juan Sebastián, Radovanovic, Tasende, Keidi Bare, Paulino y Kenan Kodro. Es decir, un portero y una defensa nuevos, el regreso de Raúl Guti a la titularidad, una vez superadas sus molestias en la rótula, y la sorpresa de Cuenca como volante de ataque por la derecha en vista del deficiente rendimiento de Paulino. Así que sólo se mantuvieron en el once Saidu, esta vez centrocampista, Akouokou, Sebas Moyano y Dani Gómez. Y todo dentro de un flexible 4-1-4-1.
El Zaragoza tuvo un inicio dubitativo, con precipitación y continuas pérdidas, pero le cogió pronto el aire al partido y, después de amenazar con un cabezazo alto de Cuenca, activísimo y protagonista principal, abrió el marcador con un derechazo inapelable de Sebas Moyano, en una jugada que inició un omnipresente Marcos Cuenca –siempre él-, que minutos después tuvo el 0-2 en sus botas en un doble remate ante Nikic. El Mirandés, por su parte, sin el factor Anduva y con una plantilla prácticamente nueva, sólo ofreció algo de peligro en el tramo final de la primera parte.
El equipo aragonés, sin perder el oficio defensivo, tuvo bastante menos control de juego tras el descanso y aunque contó con más espacios para sorprender a la contra, acusó el cambio por fatiga de Cuenca. Dani Gómez, que corrió y peleó como nunca, fue entonces su mayor argumento ofensivo, aunque al Zaragoza le costó acabar las jugadas.
Los últimos minutos fueron vertiginosos, con un remate de Bauzá al larguero de Andrada y una oportunidad de oro de Raúl Guti, servida por Francho, que pudo cerrar definitivamente el encuentro.
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La victoria era imprescindible y el Zaragoza y Gabi regresan a casa aliviados.
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