Fuerte oleaje en el Mar de Mestalla

El año pasado el Barça llegó también a la orilla de las semifinales y se ahogó en San Mamés. Era el último cruce a partido único, y perder tras jugarnos todo a cara o cruz en La Catedral ante un Athletic embravecido nos dejó exhaustos. Después de tanto bracear en busca de un título y superar tantos escollos en campo ajeno, caímos en la última ola. Esta noche Mestalla es la orilla, pero el Mediterráneo parecen aún más proceloso que la bahía de Vizcaya. El 7-1 de LaLiga de hace una semana y media es de suponer que ha inflamado los vientos costeros. Para los locales será la ocasión de vengar una humillación y aspirar a un título que les recuerde su pasado reciente, ese del que disfrutaban hasta que llegó el virus de Singapur.
Convendría que el Barça también recordara que el año pasado se lo pasó en blanco, y que aunque pinte bien en Europa y en LaLiga haya empezado la remontada, la Copa, el trofeo decano de nuestro fútbol, nos ha saciado el hambre en épocas de vacas y espigas flacas. En esta competición y en Valencia precisamente se fundó el Barça moderno, en aquella final del año 90 contra el Real Madrid que salvó en el último instante la cabeza de Johan Cruyff y marcó el inicio de nuestra era más gloriosa. Ya solo por eso es de esperar que el equipo de Hansi Flick no renuncie a nadar en medio del oleaje de Mestalla.
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