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¡Felicidades, Cholito! Y que sean muchos más de 613...

Quiero felicitar una vez más al Atlético de Madrid por el emotivo homenaje al Cholo Simeone. Llevamos ya unos años donde la entidad está a la altura honrando a su gente y, como tiene que ser, mucho mejor en vida. Nadie mejor que el argentino para acompañar sentado en la misma mesa al Sabio Luis Aragonés, sin lugar a duda dos de las personas más influyentes en la historia atlética. Pasarán 30 años y los aficionados pondrán como ejemplo en las tertulias del senado rojiblanco la figura de Diego Pablo, sus títulos y sobre todo las formas con las que se consiguieron, señas de pertenencia. El ‘si se cree y se trabaja, se puede’ y el ‘partido a partido’ quedarán registrados para la eternidad alrededor de la figura del argentino.

Una vez recordado el caminar del míster por los 613 partidos, nos quedan un presente y un futuro en los que confío que seguirán creciendo los números de Simeone. Después de un primer tramo de Liga con turbulencias, donde no se cumplieron las expectativas, donde no llegamos a identificarnos con el equipo y donde el míster no daba con la tecla, hemos pasado tras el Mundial a reconocer la esencia de un conjunto del Cholo. Uno para todos y todos para uno, aunque haya sido esta vez diferente en lo táctico, viendo a un equipo más protagonista que sumiso.

Quizás volver a ver a un Simeone seguro y convencido haga que la renovación de votos con el club pueda estar más cerca en ese matrimonio que no hace mucho fue perfecto. Palpando la fuerza, pasión y vitalidad de Diego Pablo, esas que me transmitió ya allá por el 94 en un trofeo Colombino, yo abogo por que así sea. En sus primeros meses de rojiblanco, promovió una reunión en una habitación para exponer sus miedos e inquietudes. Una de ellas me tocó a mí. “A ver, Kiko, ¿tú en el futuro que quieres ser? Tienes condiciones para no quedar en el olvido. Dependemos de tus condiciones, o cambias de actitud o nadie se acordará de ti”. Fue el primer sermón de alguien que aterrizó siendo un líder. Felicidades, Cholito, por este merecido homenaje que, aunque no te gusten, vi cómo te emocionaste y te flojearon las piernas…