Esperando al Vini bueno
Tiene que volver el incansable y voraz, el que intentaba una y otra vez desbordar por la banda, el que obligaba a la defensa rival a estar concentrada en todo momento...
Después de dos semanas de descanso y tras haber recibido anteriormente la dosis de jarabe de banquillo que le recetó el entrenador, se espera que la vuelta de Vinicius a la Liga muestre de nuevo la versión buena del jugador. Su ausencia en la convocatoria de Brasil también le debe haber ayudado a reflexionar sobre ese estado entre melancólico y enfurruñado del que ha hecho gala los últimos meses, como si estuviera enfadado con el mundo por no haber ganado el dichoso Balón de Oro o porque las luces enfocarán más a Mbappé.
Tiene que volver el jugador incansable y voraz, el que intentaba una y otra vez desbordar por la banda, el que obligaba a la defensa rival a estar concentrada en todo momento, el que creaba peligro cada vez que tocaba la pelota. Pero ahora, además, tiene que añadir el trabajo que le pide el entrenador, la solidaridad con el resto a la hora de presionar y recuperar la pelota, sin escatimar una carrera o medir sus esfuerzos respecto a los de otros compañeros.
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Para conseguir llevar a cabo todo lo anterior, también es necesario que el jugador consiga abstraerse de los insultos de la grada, sin dejar de denunciar a los racistas y xenófobos, por supuesto, pero no dejando que le influyan negativamente. Ese crecimiento personal y esa madurez le permitirían concentrarse en el juego, el individual y el colectivo, y conseguir su mejor rendimiento. Si en los próximos meses aparece esa versión del brasileño, lo de la renovación dejaría de ser un asunto espinoso y Vinicius se quedaría en el Madrid el tiempo que hiciera falta, siempre que quiera, claro.
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