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España deja sello de candidata en Berlín

Llevaban razón las voces que alertaban de que en Der Öschberghof, el retiro de la Selva Negra en el que se concentra la Selección, había un grupo hambriento. El viaje por la Eurocopa empezó a pedir de boca para España, que en el cuarto de hora previo al descanso destruyó a la veterana Croacia, curtida en mil batallas, pero que se derrumbó después del 1-0 de Morata. Todo fueron buenas noticias para la Selección, que se plantó en el Olympiastadion con una personalidad desbordante. Y con las ideas claras. Fabián aprovechó el respeto de los croatas a Rodrigo para coger la batuta, girarse y jugar a placer. El jugador del PSG vio el desmarque de Morata en el 1-0. Luego, crecido, firmó el 2-0, que recordó a aquel jugador que fue MVP del Europeo Sub-21 de 2019 y estuvo a punto de firmar dos veces por el Barça. Carvajal, al que se le ha puesto cara de killer, marcó el tercero después de un centro de Lamine, desde este sábado el futbolista más joven en jugar una fase final de la Eurocopa. Y puede que para rato. El abrazo de Lamine (17 años) con uno de los veteranos simboliza bien los días felices de la Selección, que es de esperar que se alarguen.

El ramalazo de inspiración de la Selección llevó inevitablemente al primer partido del Mundial de Qatar contra Costa Rica, en Al Thumama. Aquel 7-0 que hizo soñar se diluyó poco a poco luego contra Alemania, Japón y, finalmente, ante Marruecos. No conviene comparar historias diferentes, pero sí ser prudente. Tal vez inspirada en el comienzo arrollador de Alemania, España demostró armas que le convierten en candidata. A su habitual buen trato con balón ha añadido transiciones (ver 1-0) y una amenaza latente en las bandas. A cualquier presión alta, Lamine y Nico pueden echar a volar. La Selección dejó señales de equipo grande en Berlín, donde sueña con volver dentro de exactamente un mes para jugar la gran final. Es un trayecto larguísimo, al que ahora esperan paradas en Gelsenkirchen (Italia) y Düsseldorf (Albania). Pero las victorias hacen más cortas esas “horas muertas” de la concentración a las que se refería Pedri. De vuelta a Der Öschberghof se encontrará con los elogios en la prensa española e internacional. En la gestión de eso que Caparrós llamaba azúcar también están los éxitos de un equipo. Porque en el viaje también habrá temblores como los que genera Unai Simón…, que a veces solventa él mismo. España dejó sello de candidata en Berlín. Nos vemos en Gelsenkirchen.

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