Escocia tiene equipo, España ni lo busca
Como me temía, De la Fuente no aprovechó este partido para afinar el equipo con algunos retoques para ajustar lo que no funcionó el primer día, sino que lo volteó con 8 cambios. Que jueguen los más posibles, ya que les sacamos de casa. Al cabo de la doble jornada han aparecido todos menos Zubimendi, qué habrá hecho el pobre para merecer ese mal distingo, y los dos porteros, así que al menos la apuesta por Kepa es firme. Eso sí, se vio con cuatro defensas por delante distintos uno por uno de los que le protegieron ante Noruega. Los otros repetidores del primer día fueron Rodri y Merino, que ni encajaron entre sí en Málaga ni lo hicieron anoche.
No fue raro que, pese a las buenas intenciones, España hiciera un partido confuso. Empezando por Ceballos, que ante Noruega estuvo bien pero anoche salió con tal ataque de hiperactividad que anonadó a Rodri, Merino y Oyarzábal queriendo hacer las funciones de los cuatro. Así que España no tuvo más juego en la primera parte que los balones a la olla, en la que reinó Joselu, que lo ganó todo por arriba y hasta mandó una al palo. Escocia marcó pronto, en una mala maniobra de Porro, que resbaló al querer enmendarla, Robertson le robó la cartera y centró para el primer gol de McTominay. Y aparte de ese gol llegaron dos sustos serios.
De los reemplazantes sólo fue provechoso Nico, que hizo cosas. Pero la entrada de Carvajal por Porro, convertido en peligroso foco de distracción, resultó fatal. Falló mucho y regaló su banda a Tierney en la jugada que acabó en otro gol de McTominay. A partir de ahí todo estaba perdido y sólo quedaba buscar excusas: el campo malo, los escoceses perdiendo tiempo como si fueran el viejo Estudiantes de la Plata, el árbitro, el suplente a esas alturas por lesión del titular, sin enterarse de nada… Pero la verdad del cuento es otra: todavía no hay equipo y lo peor es que ni siquiera se busca. Sólo se busca que nadie vuelva del viaje con mala cara.