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En busca del equilibrio necesario

Ha comenzado el año un poco torcido para el Real Valladolid. Con la derrota de noviembre de Bilbao, son ya tres partidos perdidos de forma consecutiva, lo que coloca al conjunto de Pacheta como el segundo peor de la Liga en las últimas cinco jornadas. Lo que parecía un placentero viaje por la categoría se ha tornado en un vuelo en el que vuelven a aparecer las turbulencias y en el que el piloto tiene que enderezar el rumbo del avión tomando las decisiones que se necesitan y más correctas. La derrota de Mallorca pasa factura. Un empate a cero, que hubiera sido lo lógico en el partido, hubiera servido para dar por bueno el resultado antes de recibir el sábado en Zorrilla al Rayo. Pero perder en la última jugada del partido escuece mucho y hace ver el vaso medio vacío en vez de medio lleno. Suele pasar.

Creo que no es momento de ponerse nerviosos pero tampoco de dormirse en los laureles. Que el Real Valladolid es el tercer equipo menos goleador de la categoría no es opinable, es un dato incontestable. Y es un dato que debe llevar a la preocupación. En los últimos cinco partidos se han sumado tres puntos y solo dos goles, y van ocho partidos sin anotar y cuatro derrotas consecutivas fuera de casa, números que no mienten y que hay que mejorar cuanto antes. El equipo debe recuperar la senda de la confianza a base de ganar pronto un partido. Y Pacheta tiene que lograr que el equipo sea equilibrado. Que defienda y que conceda poco, pero que logre amenazar arriba. Lejos de Zorrilla, los jugadores blanquivioletas son más inocentes que una farola de la calle Santiago. El punta está aislado, hace falta más ambición de los centrocampistas a la hora de incorporarse y se necesitan dos laterales que doblen, lleguen y se asocien con el extremo. Vamos, lo que el Pucela hacía muy bien hace un año y que este año ha hecho a veces sí en Zorrilla y casi nunca fuera de casa.

Y en pleno mercado invernal, llama la atención la baja forma de dos de los delanteros del equipo. Independientemente de que jueguen solos en punta y sin acompañante, el rendimiento de Guardiola y de Weissman es muy flojo y la situación es altamente preocupante. No hay que ser un lumbreras para darse cuenta de que tienen que llegar un par de delanteros que, junto a Sergio León, garanticen más pegada para lo que queda de temporada. De las rentas del pasado no se puede vivir.

Así que mientras Pacheta y Fran Sánchez recolocan piezas y buscan el equilibrio necesario, yo recomendaría que no se perdieran los nervios, que no estamos tan mal. No hay problema que no arregle una victoria y la oportunidad ya está ahí, el sábado ante el Rayo. Ganar y alcanzar los veinte puntos devolvería la estabilidad y la confianza de todos en torno al conjunto blanquivioleta… mientras se va solucionando lo demás.