En Anfield no pasó nada
El partido del martes por la noche contra el Liverpool no me pareció interesante de cara a cualquier análisis serio. Es totalmente irrelevante.
Lo habitual, lo lógico después de una derrota en Champions es mirar el partido de Liga que llega justo después como una cita importantísima. Se suele exagerar este tipo de encuentros porque, en el Madrid como en muchos de los grandes clubes de Europa, dos malos resultados seguidos son sinónimos de ‘crisis’. Así va el mundo del fútbol, atizado por el ansia de los aficionados y el dramatismo de la Prensa. Sin embargo, pase lo que pase esta tarde en Vallecas, un campo siempre irritante para los mastodontes, no estaré enfadado ni siquiera preocupado. Porque el partido del martes por la noche en Anfield no me pareció interesante de cara a cualquier análisis serio. Salvo para confirmar que tenemos al mejor portero del mundo entre los tres palos. Para mí, la derrota del Madrid en casa del Liverpool es totalmente irrelevante.
Primero porque fue por la mínima. Segundo porque los ingleses necesitaban más la victoria. Tercero porque esta derrota no hace peligrar la clasificación de los merengues en esta Champions, donde están mucho mejor situados en la tabla que hace un año por esas fechas. Cuarto porque el Madrid tuvo, simplemente, un mal día que no ensucia para nada el gran rendimiento que muestra desde que Xabi Alonso se ha sentado en el banquillo. Me gusta casi todo de este equipo, que sólo debe corregir algunos flequillos. De los que se arreglan según pasan los meses.
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