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Elogio del Girona (desde el abismo)

Miramos todos desde abajo al flamante Girona de Míchel. Como las familias infelices de Tolstoi, los perseguidores lo son cada uno a su manera: el Madrid confía en el paso del tiempo y en el general invierno; el Atleti espera ganarle en su primer cara a cara (de perro) del curso; el Barça renquea herido en su orgullo; mientras el resto mira al líder revelación de Europa a distancia.

Hay un club que, más lejos todavía, sin opción siquiera de cruzarse en su camino esta temporada, tiene, sin embargo, una perspectiva única y dolorosa, pero certera del éxito gerundense. Antes del (nuevo) derbi catalán (ay, suspiro), el siempre lúcido Áxel Torres me preguntó en Carrusel Deportivo cómo veíamos los pericos el envite. O cómo le afecta al Espanyol, 87 temporadas en Primera, este sorpasso.

El Girona no fue nunca rival. Es el club número 47 en el ránking de enfrentamientos con once: tres en Copa, dos en Segunda y seis en Primera, estos últimos desde 2017, cuando comenzó una rivalidad en la que el Espanyol no se siente cómodo. Jamás ha perdido el Girona en feudo periquito en Liga. Como si le molestase enfrentarse a un rival menor que le pelea de tú a tú, como si le diese pereza discutir su historia, el Espanyol, que simpatiza y ha apoyado siempre al resto de equipos catalanes modestos por contraste con la displicencia blaugrana, ve con aprensión el envite. Por errores propios y aciertos ajenos. Sin relato ni apelación a valores fatuos, centrado en lo deportivo, el Girona ha dado con la tecla que el Espanyol no supo tocar, perdido en su laberinto. No nos gusta que (la mayoría de) sus seguidores sean también culés, que cuente con cierta aquiescencia institucional, que integre el grupo Manchester City desde Abu Dhabi o que sea la apuesta declarada de Roures como segundo equipo de Cataluña. Pero, desde el abismo, con serios problemas para resistir en puestos de ascenso directo, los espanyolistas observan al Girona con envidia. Envidia que debería ser de la buena. De la que nos anime a jugar como ellos, de la que nos lleve a volver a competir con el equipo que mejor juega al fútbol de España.

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