El VAR ha empeorado a los árbitros
Concluida la fase de grupos de la Eurocopa Sub-21, sacamos dos cosas en limpio. Una, que nos cruzaremos en cuartos con Suiza, que suena bien, aunque no quiero pecar de optimista. Otra, que la UEFA va a incorporar sobre la marcha el VAR, consecuencia de varios fallos de grueso calibre que estamos sufriendo. El pase de Suiza viene sin brillo, tras caer 4-1 con Francia, pero el 1-0 de Noruega sobre Italia la hace segunda en un triple empate a tres puntos; cualquier gol de última hora de noruegos o italianos la hubiera dejado fuera, pero no se dio. En cuanto a los errores arbitrales, merece la pena analizar los porqués y sus consecuencias.
Uno ocurrió en la primera jornada en el Francia-Italia (2-1). En el último minuto hubo un gol de los italianos que un defensa francés sacó desde detrás de la raya, o al menos eso pensamos todos. Para Allard Lindhout, de los Países Bajos, no fue gol e Italia perdió. En el Alemania-Israel (1-1), Moukoko lanzó un penalti que el meta israelí rechazó gracias a que se adelantó; el francés Willy Delajod lo dejó pasar. En nuestro partido con Ucrania, Riquelme aprovechó un balón que se le escapó tontamente al portero ucraniano y marcó, pero el lituano Donatas Rumsas, que no estaba mirando, debió de pensar que había algo raro y lo anuló porque le plugo.
Ahora la UEFA mete el VAR a toda prisa tras el clamor de Italia, que ya no está. La decisión respalda a los defensores de su utilidad, que ya convierten en necesidad. Yo, en cambio, deploro que esto haya ocurrido. Lo que hemos sufrido en estos partidos sin VAR es que los árbitros, acostumbrados a actuar con red, han perdido atención y esmero y producen unos arbitrajes perezosos y desatentos. Se ha adormecido su viejo sentido de la responsabilidad, sustituido por una actitud negligente. Si me equivoco, ya me avisará el VAR, así que no tengo por qué esforzarme demasiado. Y el resultado es esta rectificación de la UEFA, que se ha lucido.