NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El tenis entierra un sinsentido

El tenis mundial ha recuperado parte del sentido común que había perdido hace tres años, cuando la Copa Davis cambió de formato y la ATP se empeñó en hacerle la competencia con un plagio de su torneo que llamó ATP Cup. Dos competiciones por selecciones en un mismo año, dentro de un calendario ya sobradamente saturado, era un sinsentido atroz. La primera de ellas, la Davis, había estrenado otro modelo en 2019 de la mano de Kosmos, la empresa del futbolista Gerard Piqué, que generó polémica y debate, porque rompía radicalmente con la tradición. Entonces la ATP se aprovechó del ruido y de la discrepancia para crear otro torneo por países a primeros de año. Un calco innecesario. La diferencia fundamental entre ambas era que la Davis tiene el reconocimiento oficial de las federaciones, mientras que la segunda se disputaba con equipos privados, no selecciones, que utilizaban los nombres de sus países. Duró tres cursos, pero apenas logró repercusión. La Davis de Piqué puede gustar más o menos, pero sin duda mantiene los valores de lo que tiene que ser un Mundial de tenis, junto a un símbolo como la Ensaladera y a un palmarés con solera. Como ese camino no llevaba a ningún sitio, las partes implicadas han hecho lo mejor que podían hacer, que es sentarse para construir, para remar hacia la misma dirección.

La ATP ha llegado a un acuerdo con la ITF y con Kosmos que reforzará la Davis, que quedará integrada con tres fechas en su calendario, sin competencia de otros torneos, lo que favorecerá el acceso de las primeras raquetas. A la par, el espacio de la ATP Cup se destinará a una nueva competición mixta, tutelada por la ATP y la WTA, una inspiración de la extinta Hopman, bajo el nombre de United Cup. De una tacada se ha creado un campeonato acorde a los tiempos y se ha rescatado una marca histórica, la Davis. Una doble decisión que hará crecer al tenis… en lugar de dividirlo.