El señor de los Juegos

El bronce del K4 500 es una medalla de equipo, de un cuarteto afinado a la perfección compuesto por cuatro fornidos palistas que, a base de trabajar juntos, de repetir y de convivir, se sienten “como hermanos”. Uno de ellos, sin embargo, acaparó más focos que el resto en esta histórica jornada del deporte español. A buen seguro que a los otros tres, a Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade, no les importó ceder ese protagonismo a un icono del piragüismo. Nos referimos, ya lo habrán adivinado, a Saúl Craviotto, que este jueves entró por la puerta grande del olimpismo. En realidad, ya la había cruzado en Tokio 2020 cuando alcanzó a David Cal como los máximos medallistas españoles, con cinco podios, pero la diferencia es que desde este 8 de agosto de 2024 ocupa el trono en solitario, con seis. Craviotto ha acumulado dos oros, dos platas y dos bronces en cinco Juegos Olímpicos, desde Pekín 2008 hasta París 2024, con al menos un metal en cada edición. Nadie asoma en el horizonte para igualarle, aunque Cooper suma tres metales desde esta misma fecha, una de cada color. El piragüismo sigue siendo un vivero de medallas, que desde este jueves también está en cabeza por delante de la vela: 23-22. Y las que todavía tienen que llegar en este sprint final de París.

Dentro de ese pulso amistoso que han mantenido Craviotto y Cal por el reinado del medallero, existe también un debate sobre los méritos de cada uno de ellos. Un argumento recuerda que David logró sus cinco conquistas en solitario, por dos de Saúl; mientras que otro alude a la calidad del medallero, dos oros del catalán por uno del gallego. Que cada uno llegue a sus propias conclusiones. Aunque, en el fondo, tampoco es un asunto tan relevante. Esto no es una competición entre ellos ni un ranking oficial, simplemente la exposición de los méritos de dos históricos del olimpismo español. Como lo son Joan Llaneras, Mireia Belmonte, Andrea Fuentes y Arantxa Sánchez Vicario, los siguientes que aparecen en este escalafón, con cuatro podios. Normalmente, la natación y la gimnasia, o incluso el atletismo, son los deportes más propensos a la eclosión de un multimedallista. En España no ha existido esa figura. A cambio, se crían enormes piragüistas. Con Saúl Craviotto como el señor de los Juegos.