El retorno al camino
La temporada femenina de baloncesto ha sido especial en España, con dos nuevos equipos que han accedido al palmarés de los dos grandes torneos nacionales. El Zaragoza ganó su Copa de la Reina, un éxito que provocó una explosión de felicidad en una ciudad de tradición en la canasta. Sólo un mes después, el Valencia, un club con nueve años de vida, conquistó su primera Liga, a la estela de dos históricos de la tierra como el Godella y el Ros Casares. Los dos títulos rompieron la racha del Avenida, que ha tirado del carro en los últimos tiempos, a veces con el Girona, y que por primera vez en 13 años se quedó sin alirón. La competición femenina crece. Los clubes son un reflejo del trabajo que se hace en las Selecciones. Y viceversa.
La Absoluta toma ahora el relevo con destino al Eurobasket de junio, con el objetivo de volver a ser la que era. Y no hace tanto. La Selección femenina, recordemos, fue capaz de enlazar medallas en siete años consecutivos, entre 2013 y 2019, con tres oros y un bronce en Europa, una plata y un bronce en Mundiales, y una plata olímpica en los Juegos de Río 2016. La racha se cortó con un batacazo en el Europeo de Valencia 2021, un séptimo puesto que no sólo la dejó fuera del medallero, sino también del siguiente Mundial. Después de la retirada de varios pilares, y del cambio de Lucas Mondelo por Miguel Méndez, este equipo referente busca de nuevo la senda triunfal con un grupo en transición, donde María Conde y Maite Cazorla deben ser las nuevas lideresas, junto a la interior Raquel Carrera, MVP de la última final de Liga con 22 años. Hay un cambio de galones, con la veterana Silvia Domínguez todavía al timón y con la ilustre Alba Torrens para minutos específicos. El Eurobasket de Eslovenia e Israel presenta los retos del pasaporte para el Preolímpico, donde entran seis selecciones, y de la lucha por el podio, pero sobre todo del retorno al camino.