El Real Madrid nunca se rinde
El Madrid consiguió su billete para jugar otra final de Champions, la número 18, como tantas veces, luchando hasta el pitido final, sobreponiéndose al resultado adverso, sin desfallecer, con el Bernabéu transmitiendo fuerza a sus jugadores y provocando inseguridad en los adversarios, incluso en los mejores, como confirmó Neuer. Otra noche mágica en la que ya se anunciaba al mundo desde la grada de animación antes del partido: “El Real Madrid nunca se rinde”.
Aunque el Madrid fuera perdiendo en el minuto 87 y estuviera eliminado en ese final del partido, ningún madridista daba la eliminatoria por perdida, porque en la memoria estaban muchos prodigios vividos, como el de Lisboa en el minuto 93 o el de hace dos años ante el City, cuando a falta de dos minutos para el 90, el Madrid necesitaba dos goles para empatar. Esos dos momentos forman parte de la historia de la Décima y de la Decimocuarta.
El partido del pasado miércoles en el Bernabéu dejó muchos destellos mágicos. El gol del Bayern lo marcó Davies, el jugador que, como he dicho en varias ocasiones en esta esquina, es mi preferido para ser fichado por el Madrid. El partidazo de Nacho, que cumple siempre sea el rival que sea. Kroos, que iniciaba casi en exclusiva los ataques del Madrid. Sus pases precisos de 40 metros, cambiando el juego, al chaval Carvajal o a Valverde en la banda derecha fueron constantes para intentar abrir el cerrojo de los alemanes. Vinicius, un ‘cuchillo’ que penetraba hasta la línea de fondo, al que no podía parar Kimmich, ni solo, ni en compañía de otros. Gran fútbol y solo fútbol del brasileño. Bellingham, un crack que se pone el mono de trabajo siempre que haga falta. Se podría citar a todos, pero en esa noche de estrellas blancas quedará para el recuerdo la actuación de Joselu, un madridista de corazón, con la humildad y el señorío del Madrid. Puede haber algunos onces de una calidad parecida al del Real Madrid. Pero no hay un banquillo en ningún equipo del mundo con jugadores tan titulares como Lunin, Nacho, Camavinga, Modric, Brahim, Lucas Vázquez, Joselu, Guler, Ceballos, Fran y cualquier otro que salte de blanco al césped. Ese es el gran éxito de Ancelotti y de la dirección del club que nunca se rinde. Hasta el final.