El final de campeonato del VAR es de traca
El Espanyol está dolido y con razón. Ante el Atlético le dieron un gol en contra que Melero López no se había decidido a señalar y del que no hay imagen inequívoca que pruebe que entró, a pesar de lo cual González González aseguró desde la sala VOR a su colega en el campo que había entrado. Y ante el Valencia, entre Gil Manzano sobre el campo y Del Cerro Grande a cargo del VAR, le crucificaron. En el gol de Montes de cabeza no hay objeción posible, no imagino qué pudieron ver; el 2-2 del Valencia arranca de una falta a Braithwaite; y en el instante final hay un penalti en el balón cruzado que quiere rematar el propio Braithwaite.
Estamos terminando con unas decisiones u omisiones de VAR de traca. En el Valencia-Madrid, De Burgos estaba sacando como mejor podía un partido con complicaciones gordas, cuyas consecuencias ya hemos visto. Había resuelto la melé final con una amarilla para cada lado y santas pascuas cuando Iglesias Villanueva, el mismo que en su día no vio el fuera de juego del gol del Elche en Cádiz, enmarañó más la situación reclamando a De Burgos que mirara una imagen comprometida para Vinicius, al tiempo que le omitía las que habían provocado la reacción. La salida del brasileño, expulsado tras haber sido injuriado por su raza, fue la espoleta del escándalo mundial.
Tras aquello, Medina anunció una ‘limpia de corrales’ en el VAR que incluye a Iglesias Villanueva y González González, Medié Jiménez y Estrada Fernández. Los cuatro fueron colocados ahí porque se cambió su descenso por malas puntuaciones por este plan de pensiones para dos años. Así se selecciona el cuerpo VAR. Encima, desde antes de fin de año ya saben que no les van a renovar, así que imaginen con qué fe han trabajado. Del Cerro, que alterna el campo con el VAR, también sabe que no seguirá; suyas fueron las tres omisiones de auxilio al Espanyol en Mestalla. Si tendrá razón Tebas cuando pide otra estructura que hasta Florentino se ha sumado.