El feliz retorno de Sergio Ramos
Andaba yo intrigado por cómo sería el retorno de Sergio Ramos al Sevilla. Me parecía acertado el fichaje, porque entre ‘minushábiles’ y lesionados el centro de la defensa venía siendo un bebedero de patos, pero había contraindicaciones. Una, que el director deportivo, Víctor Orta, estaba en contra, cuestión de importancia solamente relativa. Siempre hay tiempo para decir que donde dije digo, digo Diego. Otra, la inquina de los ‘biris’, que aspiran a monopolizar el sonido del estadio. Con ellos quedó enfrentado el día aquel del penalti a lo Panenka, ocasión en la que el repudio de los ‘biris’ prendió en todo el estadio, superando la división que él pretendió.
Pero Sergio Ramos es largo, ha sabido expresarse (siempre supo, pese a las bromas que con él se hacen) y el macizo del sevillismo le acogió con ilusión y esperanza. Respecto a los ‘biris’, quien puede saberlo me comenta que varios jugadores de buen trato con ellos supieron apaciguarlos. Para no darse por vencidos de antemano, sacaron una pancarta en la que se leía, bajo la imagen de Biri-Biri, el lema ‘Historia, Valores y Tradición’, algo que firmaría cualquiera, incluido el propio Sergio Ramos. Pero no hubo ni un pito, y sí aplausos de los propios ‘biris’ cuando en la portería tras la que se colocan salvó el gol en la raya con el hombro.
Y jugó bien. Se las tuvo con Kaba, mantuvo orden en la defensa y dejó notar su jerarquía en todo. No es lo mismo que le haga una observación al árbitro él que otro cualquiera. No hay por qué pensar que no siga en esta línea y aún la mejore, pues llegó corto de entrenamientos. Y una vez que cuaje su retorno en lo que se espera, seguro que volverá a surgir el tema de la Selección. De la Fuente no le ha cerrado la puerta y hoy por hoy la zona la ocupan dos descartes de Francia, uno de los cuales, Laporte, se nos va a un fútbol poco competitivo y alejado del radar, el de Arabia Saudí. El tiempo decidirá, pero por Sergio Ramos no va a quedar.