El deporte salta a 2025
Hubo un tiempo, bastante cercano, en el que el deporte se presentaba como una anomalía en el cambio de año. Se terminaba el 31 de diciembre con las tradicionales carreras de San Silvestre, y se empezaba el 1 de enero con los saltos de esquí de Garmisch-Partenkirchen, puntuables para el Cuatro Trampolines, que presenciábamos como una rareza tras el Concierto de Año Nuevo, como un remedio refrescante a la resaca de Nochevieja. Los saltos se siguen disputando, eso no ha cambiado, pero la oferta deportiva se ha multiplicado a su alrededor.
El tenis lleva desde el día 27 con los torneos de ‘calentamiento’ para el Open de Australia, con especial interés en la United Cup, esa especie de Copa Davis mixta de la que España fue eliminada a las primeras de cambio, y en Brisbane, donde Kyrgios y Djokovic centran los focos. También se ha celebrado un ciclocross, aunque Van der Poel causó baja. Y el Mundial relámpago de ajedrez, con Carlsen y Nepomniachtchi compartiendo el título con espíritu navideño. La NBA enlaza jornadas sin distingos, ya saben que el baloncesto no para en Fiestas, y este jueves añadirá partidos de Euroliga y ACB. El fútbol sigue animado por la Premier con un Brentford-Arsenal, el único campeonato que exprime dignamente estas fechas.
Otro clásico del periodo como el Dakar ha respetado el Año Nuevo en la presente edición, pero a efectos prácticos tampoco han podido tomarse las uvas en casa, porque las campanadas pillaron a los competidores de viaje para arrancar motores este viernes en Arabia Saudí con Carlos Sainz como defensor del Touareg. Quienes andaban más felices esta temporada eran los Hispanos, que se han ahorrado la concentración de diciembre, y comenzarán este jueves el trabajo preparatorio para un Mundial que empieza un poco más tarde que de costumbre. El deporte no para. Y en este recién nacido 2025 promete otra vez fuertes emociones.