El campeón mundial echa a andar
La Selección masculina de baloncesto comenzó su andadura hacia la defensa de su corona mundial, aquel oro conquistado en Pekín en 2019 que ahora nos parece tan lejano. Desde entonces hemos superado una pandemia, hemos vivido otro oro milagroso en el Eurobasket 2022, además de un título mundial en categoría Sub-19, y hemos visto a España encaramarse al primer puesto del ranking FIBA por delante de Estados Unidos. Son muchas emociones que ahora rebrotan antes del asalto a otra gesta. El equipo de Sergio Scariolo, el mago que hila el talento y el coraje de este grupo singular, se presentó ayer sin Lorenzo Brown, que se recupera oficialmente de una lesión, pero con Ricky Rubio, el MVP de aquel Campeonato en China. Vaya uno por otro. También regresan Álex Abrines y Víctor Claver. Y se incorpora un hombre señalado a marcar una época con la camiseta rojigualda: Santi Aldama.
La preselección es de 16 jugadores, menos que otras veces, porque Scariolo tiene clara la estructura. El año pasado, inundado de bajas, tuvo que hacer muchas pruebas, pero ya sabe quiénes responden, varios de ellos impulsados desde los equipos de las Ventanas hacia lo más alto. Ahí está el ejemplo de Darío Brizuela, recientemente fichado por el Barça, donde coincidirá con Willy Hernangómez, que cerrará su periplo en la NBA para volver a la ACB. Willy fue el MVP del último Europeo, pero en la liga norteamericana no lo consideran credencial suficiente. Su hermano, Juancho, MVP de la final, ha seguido un camino similar: ayer se anunció su incorporación al Panathinaikos. Con el futuro resuelto, todos ellos se han reunido en la Selección, una familia que los transforma en estrellas, inspirados por el alma del capitán Rudy Fernández y por la magia táctica de Scariolo. Da igual qué ocurra en sus clubes. Aquí, con la camiseta de España, son un equipo campeón.