El Barça quiere a Dembélé, pero no tanto

Es posible que si Mbappé hubiera venido al Madrid, Dembélé hubiese ido al PSG. No para llenar su hueco, que para eso no le da, pero sí su espacio en la foto. A eso ha jugado todos estos meses en los que él y su agente, Sissoko, recibieron los elogios de Laporta y Xavi y la oferta de renovación con indiferencia olímpica. Una oferta a la baja, desde luego, pero un esfuerzo para el Barça de hoy dado el agujero económico en que está, en el cual ha tenido mucha arte y parte la operación Dembélé. Vino por 105+40 y ha cobrado 12 limpios (24 de coste al club) al año, con el poco provecho que todos conocemos entre lesiones y despistes.

Y vamos con la oferta: 7 millones limpios, unas cosas con otras. A Sissoko y a él les parece una miseria que querrían compensar con un linternazo por el concepto de ‘prima de renovación’, invento del que se favorecieron mucho Messi y sus amiguetes y que contribuyó también en gran medida al mencionado agujero negro. El Barça se planta tanto porque tiene que medir mucho los gastos como porque si se han retomado las conversaciones ha sido inequívocamente porque Sissoko y Dembélé no han encontrado por ahí fuera nada que les compense. Habían sobrevalorado el producto. Quizá, eso sí, envalentonados por los elogios de Laporta y Xavi.

Es un jugador especial, desde luego, con desborde y velocidad incontenibles, pero su fútbol tiende a dispersarse al final de la jugada, un poco como ocurría con Vinicius hasta hace un año. Este último curso, de la mano de Xavi, ha tenido un tramo de rendimiento constante como animador del ataque culé, pero en 21 partidos sólo ha marcado 2 goles, uno de ellos al Linares en la Copa. Xavi le valora, piensa que su desborde es muy necesario y confía en mejorarle la finalización, pero jugador y agente tienen demasiados pájaros en la cabeza. El Barça quiere a Dembélé, pero su valor de mercado no es el que ellos pretenden.