El Atleti visita a un Inter de mucho fuste

La primera vez que vi jugar al Inter fue contra el Atlético, precisamente. Un amistoso en Madrid, camino de Buenos Aires para disputar la Copa Intercontinental contra Independiente como campeón de Copa de Europa que era. Entre eso y que traían a Peiró, una gloria del Atlético emigrada allí, aquel creo que fue el último llenazo del viejo Metropolitano. Era ‘la grande Inter’, obra de Helenio Herrera, otro ex de la casa. Con Luis Suárez como estrella que fue perseguido a patadas en el culo por Martínez Jayo por sacudirle un tantarantán a Mendoza. Aquella ‘grande Inter’ no gastaba cortesías. Era un equipo bueno, antipático y bravo.

Ahora estamos ante una ‘segunda grande Inter’. Un equipazo que le sacó los colores al City en la final de Champions. Desde aquello hizo ventas como Onana y Lukaku y con repuestos no caros se ha disparado en la Serie A y pisa fuerte en la Champions. Su entrenador, Simone Inzaghi, no confundir con su legendario hermano Pippo, que como entrenador es el malo, monta el juego en torno a Çalhanoglu, con el que acertó retrasándole al medio centro. Arriba Lautaro y Thuram son un peligro. Con tres centrales, buenas bandas y Barella y Mkhitaryan como estupendos interiores, es tan peligroso si vas a buscarle como si decides esperarle.

Todo un hueso para el Atlético, al que, sin embargo, hoy como siempre creemos capaz de todo. Tiene una buena y profunda plantilla, Griezmann ha descansado por fin, lo que ha de notarse, Morata está bien, Memphis marca cuando sale, Lino penetra muy bien por la izquierda, De Paul es un émbolo… Podría seguir. Entre nosotros el Atlético es el único que se le ha subido a las barbas al Madrid, pero en LaLiga se ha autodescartado por una acumulación de derrotas fuera de casa que denuncian dejadez. Quizá eso explique el malhumor de Simeone, tan quejoso del calendario y faltón con Pantic. Se juega la temporada entre el Inter y San Mamés.