Echar de menos a Joselu

Hay que ser honestos. No todos los jugadores del Real Madrid son iguales y si, por supuesto, cada lesión es una mala noticia y provoca la tristeza y la cólera del que la sufre, no tiene la misma repercusión ni el mismo impacto sobre el equipo. Es decir que la ausencia por problemas físicos de un suplente con pocos minutos no preocupa tanto como la de un titular imprescindible. No hay que ser un genio para entender algo tan lógico. La reacción natural y mayoritaria de la afición al anuncio de la lesión de un futbolista de su equipo, el grado de preocupación compartida, tienden a cualificar la importancia de dicho jugador en los resultados y el cariño que suscita. Pues, les tengo que confesar que la noticia de la lesión de Joselu me ha provocado la misma emoción negativa y la misma inquietud que la de Jude Bellingham. Y seguro que eso le ha pasado a mucha gente.

Eso significa que el delantero español ha conquistado, sin hacer ruido, un estatus privilegiado en el Madrid. Un peso que pocas personas que seguimos y admiramos el fútbol tendíamos a imaginar. Es admirable y el jugador nacido en Stuttgart sólo se lo debe a sí mismo. Un edema óseo en el tobillo no parece una lesión muy grave pero saber que, durante unas tres semanas, no podremos decir “saca a Joselu” o “esto lo arregla Joselu” cuando un partido se estanca es realmente un problema.