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Echando en falta a Haaland y a Mbappé

Cuando escucho la palabra ‘marketing’ frunzo el ceño. Apago la televisión tras ver en DAZN la gala de LaLiga (desde ahora LALIGA) con cierta sensación de vacío. Me anuncian una nueva era, fruto de una conjunción de esfuerzos que desde luego hay que valorar, pero la mente se me va a lo que fue y ya no es: Cristiano y Messi frente a frente, un campeonato sensacional, que durante años fue el eje de atracción. Basta repasar la cantidad de campeonatos europeos que nuestros equipos de club han ganado en este siglo para recordar de dónde venimos. Con el impulso de aquello hemos tenido un finalista y un semifinalista esta temporada, pero ya no es lo mismo.

Siempre supimos que Cristiano y Messi no eran eternos, pero esperábamos que cuando el tiempo les alcanzase nuestro fútbol fuese capaz de compensar su salida con los siguientes monstruos que aparecieran. Hace sólo un año soñábamos con que el Barça pudiera fichar a Haaland y el Madrid a Mbappé, pero ni uno ni otro. El Barça está metido en un pozo y pretende escapar cavando hacia abajo, o esa es la impresión que da, a no ser que ese optimismo de acero de Laporta esconda algo que no sabemos. El Madrid, metido en los gastos del estadio, está en un receso en cuanto a su facilidad compradora, y lo de Mbappé se retrasa.

Así que la realidad empieza a apretar a nuestro campeonato. No hace tanto, nuestros clubes encabezaban el ranking FIFA, suma de sus resultados en Europa en las cinco temporadas precedentes. Nos pasó la Premier, que ya se sabe que va dopada. Pero es que esta temporada nos ha ganado Italia, que no va dopada más allá de un mejor trato fiscal, y si el curso próximo vuelve a quedar por delante de nosotros al siguiente concurrirá con cinco a la Champions, así que se nos podrá escapar definitivamente. Esto no lo van a remediar un cambio de logo y unas cuantas felices iniciativas más. Buena guarnición, pero si el solomillo falla, no sirve de nada.