Dos minutos en los que tembló todo
Un escalofrío debió recorrer a Xavi cuando Pepé hizo el 0-1 después de unos minutos de descontrol y desorientación del Barça. Las caras de los jugadores, los reproches cada vez que una jugada no tomaba la dirección correcta, hacían presagiar una noche fea en Montjuïc con consecuencias imprevisibles. Fue entonces cuando Cancelo decidió pulsar el botón que mejor le funciona, el del piloto automático, y se fue directo a la yugular del Oporto. Su gol, él contra el mundo, salvó de un apuro a equipo y entrenador. El 1-1 cambió el ánimo del Barça, que jugó una segunda parte al fin convincente y cerró su pase a octavos.
El partido dejó varias conclusiones interesantes. Xavi ha decidido volver a la fórmula que le dio LaLiga la temporada pasada. Entre Cancelo y Balde sólo cabe uno (de momento será el portugués) porque el Barça no está lo suficientemente maduro para jugar con los dos. Ayer se necesitaba un equipo adulto y el entrenador lo encontró en la táctica y en el césped. Futbolistas como Araújo, Iñigo, Gündogan o Raphinha ofrecieron la consistencia que necesitaba un equipo que había estado tierno en días anteriores. E Iñaki Peña demostró que tampoco hace falta que Ter Stegen juegue todos los días, en Liga, Copa y Champions, como si no hubiese nadie más trabajando en la portería. Dos años después, el Barça vuelve a octavos de la Champions. Por algo se empieza.
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