Dos City-Arsenal como referencias
A Arteta se le escapó hace dos años una liga que tenía muy a tiro

El análisis de los duelos de Premier ante el conjunto de Guardiola en las temporadas 22-23 y 23-24 nos permite conocer mejor el comportamiento de los gunners en situaciones de presión...
La cuestión emocional. ¿Cómo va a responder el Arsenal ante la presión de un Santiago Bernabéu en ebullición empujando hacia otra épica remontada? Es fácil pensar que si todo un Manchester City se vino abajo con una ventaja de dos goles a falta de cinco minutos, más debería afectarle el vértigo a unos gunners menos experimentados, con sólo un tanto más de margen y un partido entero por delante. Pero, ¿hay precedentes a los que agarrarse para sostener esta afirmación? Hay una situación que se puede asemejar, aunque no hablamos de una noche decisiva sino de un tramo final de Liga que duró varias semanas. Era la temporada 2022-23: el equipo de Mikel Arteta, tras 29 jornadas, aventajaba al Manchester City en cinco puntos. Su posición invitaba a pensar en el primer título de la Premier League desde 2004. Le tocaba visitar Anfield en la trigésima fecha del campeonato. Llegaba tras encadenar siete victorias consecutivas. Se puso 0-2 arriba a los 28 minutos. Una victoria en Liverpool habría sido un mensaje a todos sus perseguidores. Llegó el 1-2 antes del descanso y resistió muchos minutos del segundo tiempo atrincherado en su área. Hasta que Firmino empató en el minuto 87. La sensación de oportunidad perdida se instaló en el entorno y el equipo acusó el golpe: cedió dos empates ante el West Ham y el Southampton en sus siguientes compromisos, justo antes de viajar a Mánchester para medirse al City en el duelo decisivo por el título. Los de Pep Guardiola se impusieron fácil por 4-1 y, en menos de un mes, recuperaron la posición de privilegio que parecía tan alejada.
Lo táctico. Y hablando puramente de fútbol… ¿Es capaz el cuadro de Arteta de plantear un encuentro para protegerse? Obviamente, la baja de Gabriel Magalhaes es importante, porque su capacidad para defender el área es muy superior a la de un Kiwior que ya en la ida dio sensación de debilidad en dos errores de bulto en la primera parte. El técnico vasco sabe ser pragmático cuando toca: le gusta que sus equipos propongan, pero no es un idealista radical. Si antes nos hemos referido al City-Arsenal de la 22-23 para buscar un ejemplo de vulnerabilidad emocional, el del año siguiente en la Premier League es perfecto para comprobar que, cuando quiere, no tiene ningún problema en ser más conservador. Ese día, también con los dos equipos jugándose el título de Liga, los gunners tuvieron un 27% de posesión. No alcanzaron los 200 pases exitosos, con un porcentaje de acierto bajísimo (71%). Y lograron lo que fueron a buscar: un 0-0 que les mantenía vivos en la lucha. Luego el título se les escaparía por apenas dos puntos, pero ese día Arteta pareció dar un paso adelante en cuanto a comprender qué momentos requieren apretar los dientes y priorizar la estructura defensiva.
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