Dolorosa derrota, orgullo infinito
La Champions tenía otra crueldad guardada para el Atleti ante el Madrid. Un resbalón. En un partido emocionante de los rojiblancos.
Por esto somos del Atleti, hijo mío. Por si esta pregunta martillea tu cabeza: “Mamá, ¿por qué somos del Atleti?”. Porque es lo mejor que te puede pasar en la vida. Aunque a veces, duela y mate, como volvió a hacerlo ayer. Pero, mientras tú dormías, ellos se derramaban. Podían ganar o perder pero sobre todo hicieron sentir orgullosos. A la altura de la camiseta.
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Final cruel, final feliz
Todo comenzaba con ese gol de Gallagher en el segundo 27 que igualaba, para terminar como siempre. Ese penalti que entró de Julián pero no. Un resbalón. Rozarlo con un pie al caerse mientras pateaba con el otro. O eso dijeron. Ninguna imagen fue clara. La pelota no se movió. Por eso duele más. Porque el fútbol siempre parece tener una nueva crueldad reservada al Atleti en Champions. “Pero triunfar no es llegar, es levantarse. Porque eso es vivir”, como dice Pepe Mujica. Y eso, hijo, es el Atleti. Aunque hoy vuelva a morder y doler, que no te empañe un ápice el orgullo.
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