Del escudo y la camiseta
El escudo no se pisa. El escudo no se toca. El escudo no se cambia. No sin mi escudo. Podríamos estar así hasta el día del juicio final nombrando cosas que no hay que hacer con el escudo.
Desde luego, de lo que no cabe duda es de que el pueblo ha hablado, y ha puesto en un ligero apuro a la dirección del Atleti, aunque dicha dirección ya imaginaba el resultado desfavorable respecto al nuevo escudo. Estaba cantado, claro claro clarinete, que decía ese periodista que tanto me gusta. Así que la directiva ha decidido que la gente vote, y no sólo una, sino dos veces. La segunda, vinculante. O sea, lo que salga, queda. ¿O no?
No creo que haya crecido el número de camisetas vendidas, y demás merchandising del Atlético de Madrid, desde que impera el nuevo escudo. Al revés, puede que si vuelve el antiguo símbolo, la gente se hinche ahora de comprar camis con el nuevo, ya que se pira, nos deja, desaparece, pasa a mejor vida, o sea, se va al museo de cabeza. Y será una rareza tener una camiseta con el nuevo escudo viejo. Así que uno sería el viejo escudo nuevo y el otro el nuevo escudo viejo.
El caso es que creo que no fue buena idea retocar el escudo, a la gente no le gusta que se le miente a la madre, y un escudo es algo muy especial, como una bandera, símbolos que la gente lleva muy dentro. Esas cosas siempre es mejor dejarlas donde están y como están. El escudo no se toca. Con la de cosas que hay que mejorar en el club, ¿a quién se le ocurre comenzar por lo más sagrado?
Es algo parecido al asunto de las camisetas. Yo ardo de indignación, temporada sí y temporada también, viendo algunas camisetas que llevan los nuestros. La de esta temporada que terminó era de juzgado de guardia. Puede que no recuerde ninguna tan fea como esta, que ya debería viajar también al museo para siempre. Ojalá se quede allí, dentro de una vitrina, junto al escudo de marras, ese que la mayor parte de la gente rechaza. El pueblo habló, y el pueblo decidió. Demasiadas elecciones en tan poco tiempo…