De fiesta total a mascarse la tragedia
Como si de un fenómeno paranormal se tratase, el Madrid pasó de vivir una fiesta absoluta en la antesala del derbi a verse inmerso en una pesadilla. Se mascó la tragedia en los últimos 15 minutos cuando el partido estaba finiquitado y empezaron a sucederse las malas noticias. Primero, las molestias con las que Mbappé se fue del campo. Después, la incontinencia de Vinicius que bien pudo costarle la segunda amarilla cuando fue sustituido. Inexplicablemente, como si se tratara de alguien que intenta provocar la amarilla para cumplir ciclo, se marchó protestando airadamente al cuarto árbitro que se concedieran seis minutos de descuento. De haberla visto, se habría perdido el derbi. Como Endrick, por cierto, por la patada que soltó a Mouriño sin que hubiera balón de por medio.
A estas alturas deberíamos estar hablando de que el Madrid ha recuperado la sonrisa después de marcar diez goles en los últimos tres partidos. De que Mbappé ha alcanzado su velocidad de crucero y ya son cinco partidos seguidos marcando (seis tantos, a los que une el de la Supercopa). O explicando que el 4-3-3 que pretende Ancelotti por fin está rodado, porque hasta el minuto 75 el Madrid estaba haciendo el mejor partido de la temporada. A cambio, y antes del derbi, hablaremos de que el Madrid ya ha visto ocho amarillas por protestas de sus jugadores, de si Mbappé, con molestias, llega a tiempo para jugar ante el Atlético y de por qué Vinicius no puede contenerse.