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Crisis es otra cosa

En fútbol, el mejor momento de la historia y la peor racha de derrotas pueden estar tan cerca que, a veces, sus límites se confunden. Es lo que le ocurre al Union Berlín, que justo en el año en el que debería estar disfrutando del premio más goloso de su existencia, la disputa de la Champions League, se ve abocado a preguntarse cómo es posible que los mismos héroes que lograron la gesta lleven ahora once partidos consecutivos perdiendo. Y es que once son muchos: a veces vemos rachas de once encuentros sin ganar, pero hay por el medio unos cuantos empates. Aquí no: son once derrotas, una tras otra, divididas en tres competiciones: tres en Champions, una en Copa y siete en la Bundesliga. A pesar de ello, el equipo aún está fuera del descenso y de la promoción: sus victorias en las primeras dos jornadas aún lo sostienen.

Más allá de preguntarse por las razones de esta transformación, de cómo ha podido el Union pasar de ser un equipo muy difícil de batir a ser batido cada semana, al club se le plantea ahora el dilema de todos los equipos en crisis: ¿qué hay que hacer con el entrenador? Ocurre, en este caso, que el entrenador es el mismo que ascendió a Primera y que lleva tres clasificaciones consecutivas para competiciones europeas. Una leyenda, pues, inmune a cualquier catástrofe. Urs Fischer sigue a esta hora en el banquillo berlinés y procede plantearse en cuántos clubes del mundo sucedería esto: ¿quién podría aguantar once derrotas por mucho crédito que se haya ganado en el pasado?

Probablemente en muy pocos. El Union es especial. Es un club popular en el que el sentimiento de comunidad prevalece por encima de las pasiones desatadas por los resultados. Su presidente, Dirk Zingler, declaró la semana pasada: “Si miras al mundo en estos momentos, parece demasiado duro usar la palabra crisis en un club de fútbol. No estamos en una crisis cuando perdemos partidos. Perder partidos es algo que pertenece al fútbol, que ocurre. Nosotros estaríamos en una crisis si la existencia del Union estuviera amenazada, porque nuestro objetivo es unir a la gente, darles un hogar social”.

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