¿Con quién vas?
En el fútbol se viven más los partidos cuando vas con uno de los dos equipos que se enfrentan, por eso nunca he entendido, o más bien no les he creído, a los que dicen que les gusta el fútbol pero que no son de ningún equipo. En Qatar, después de ser eliminada España en octavos, cada uno eligió la Selección con la que se sentía más identificado en cada choque. Antes de la final, Argentina-Francia, en los medios de comunicación y en nuestras conversaciones se repetía la misma pregunta: ¿con quién vas? Son muchas las circunstancias que influyen en que vayas con una Selección o con otra, y entre ellas no cabe duda que las filias y las fobias, son decisivas.
Entre los madridistas parece que eran más los que iban con Francia, por afecto a Tchouameni y a Camavinga y sobre todo por antipatías, especialmente a Messi. El mejor ejemplo es el de un gran madridista, Roncero, que deseaba tanto la derrota de Messi que estaba dispuesto, incluso, a perdonar a su “imperdonable”. No es mejor o peor, ni es un acierto o un error ir con un equipo o con otro. El fútbol son sentimientos, y por eso hay que respetar los que tenga cada uno. En los míos pesan más las simpatías, aunque reconozco mi rechazo al seleccionador francés, Deschamps, entre otros motivos por el desprecio durante años a Benzema. Aunque la distancia geográfica es mucho mayor con Argentina, y con un “charco” por medio, siento más cercanía afectiva con Argentina con la que compartimos el idioma español, que con nuestros vecinos los “bleus”. España es más de River o Boca que del PSG u Olympique, mucho más de Gardel que de Aznavour. Hoy siguen emocionando sus tangos “que es un soplo la vida, que veinte años no es nada”. Antes de la final, un amigo gallego también me dio más razones por las que iba con la albiceleste: el segundo país con más gallegos es Argentina y Scaloni, buen tipo, jugó ocho temporadas en el Depor, donde ganó una Copa (todavía me duele), y su única Liga. Cierto que en la Selección francesa jugaban futbolistas blancos, pero en la memoria madridista están, entre otros argentinos, Héctor Rial (cinco Copas de Europa), Valdano, Fernando Redondo, Di María… y el más grande, el que cambió la historia, Alfredo Di Stéfano. Nació en Buenos Aires, “che”.