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Manita para el Museo.- Dentro de pocas semanas se va a inaugurar junto a la Puerta del Sol de Madrid un Museo que acogerá todo aquello que ha conseguido que el fútbol sea el deporte rey. Seguro que buscarán un hueco en una zona noble del mismo para escenificar este 2-5 en Anfield, uno de los mayores santuarios mundiales de este maravilloso invento que nos regalaron los ingleses allá por el Siglo XIX. Cualquier equipo de Europa que se ponga 2-0 abajo ante el Liverpool de Klopp, con 60.000 fans rugiendo en las tribunas de Anfield, seguramente hubiera arrojado la toalla y se hubiera fortificado para evitar una goleada de escándalo. Pero hay un equipo en este planeta que ante la adversidad crece 10.000 pies, que sabe remar río arriba aunque esté el agua llena de cocodrilos, que se agiganta cuando los demás menguan y que consigue que su futuro Balón de Oro, Vinicius, se adueñe de la fotografía del match hasta llevar al descanso unas tablas que dejaron de piedra a los soldados de Klopp. Cuando estás en la lona y te levantas dos veces para dejar todo como estaba, te deben dar ganas de ducharte e irte a casa. Eso hubiese querido hacer el Liverpool, que en la ‘second half’ se llevó un chorreo, literalmente, del vigente campeón de Europa. Los 1.600 madridistas que se desplazaron hasta la ciudad de los Beatles van a poder contar a sus futuras generaciones que “yo estuve allí”. Qué envidia sana me dais, qué sensación de vivir disfrutar de una noche así en un estadio tan legendario. Fútbol, puro fútbol.

El show de Vini.- Su primera parte me recordó a lo que hacía Maradona con sus rivales cuando estaba ‘on fire’ el Pelusa. Desequilibrante, imparable, iluminado... Encima, metió un gol con una precisión quirúrgica y puso el 2-2 con la fortuna del ambicioso. Fue a presionar a su compatriota y amigo Alisson y lo convirtió en un Karius 2.0. Vinicius empieza a sembrar el pánico en las zagas rivales y eso se nota. Ya le ha hecho cinco goles al Liverpool, que tendrá pesadillas con él a este paso. Y suma 18 goles con tres meses por delante de curso. Los 30 son una meta alcanzable que hará justicia con su progresión imparable. Este chico huele a Balón de Oro. La gente del FIFPro debería pedirle perdón por dejarle fuera de su lista de candidatos al premio de este año. Ignorantes. Seguro que Amancio Amaro aplaudió su estruendosa actuación desde allá en el cielo...

Luka 2024.- Modric hizo en el 2-5 una jugada colosal, solo al alcance del que sigue siendo el mejor centrocampista del Mundo. Y en el 2-3 asistió de forma magistral a Militao. Su edad es una gran mentira. Tiene 37 en el DNI, pero juega como si tuviese 27. Renovarle no es un acto de cariño, es un acto de justicia futbolística. No imagino un Madrid sin el croata. Es puro ADN Real Madrid. ¡Renovación, ya!

Karim no se rinde.- Benzema parecía apagado ante la portentosa actuación de Vini, que se adueñó de la escena hasta dejar al vigente Balón de Oro en un llamativo segundo plano. Pero el francés es un león que aunque parezca dormido te puede reventar con un zarpazo. En su caso fueron dos en Anfield. Sin alardes, sigue facturando su cuenta goleadora en la Champions, donde el año pasado fue el The Best y el impulsor de la 14.

Afición very ‘happy’.- Aparte del legendario Amancio, este triunfo para la memoria va por Nico, un chaval de 23 años que nos dejó esta semana y al que un accidente de tráfico impidió subirse al avión a Liverpool como tenía previsto. Sus amigos de las peñas de Olmeda de las Fuentes y Villar del Olmo no le olvidan. Y va por los 1.600 valientes que en Anfield soñaron despiertos. Saben que aman al mejor equipo de la ‘History’.