Cara o cruz en Dortmund

El primer recuerdo que tengo de un Barça victorioso en Alemania en un partido crucial fue en Kaiserlautern. Aún así perdimos 3-1, pero el cabezazo de Bakero en el descuento (y el valor doble de los goles en campo ajeno) nos dio el pasaporte a nuestra primera Copa de Europa. De niño, cuando empezó a declinar el Bayern de Munich, la palabra Borussia daba miedo. Hoy nos enfrentamos a los borussers de Dortmund, con su muro vertical amarillo y esas cosas. Eso no es lo que me preocupa. El temor es que sin jugarse la vida en este partido se deje el Barça llevar como en Vigo y el Benito Villamarín.

Por fortuna Hansi Flick es alemán, y con el cabreo que se trae del campo del Betis se ha ido a su tierra con todo, hasta con Araujo, que regresa tras varios meses viendo los toros desde la barrera. Si ganamos en Alemania, (perdón, si ganan, que tengo que ser neutral) el Barça ya estará virtualmente clasificado para la siguiente ronda sin pasar por la tenebrosa fase previa. No vendría mal centrarse en la competición doméstica hasta febrero y aparcar los viajes europeos. A la inversa serían los germanos los que pudiesen sestear en los dos partidos que restan. Será pues un cara o cruz, y en estas circunstancias estoy por apostar que si hace falta y se tuercen las cosas, siempre emergerá la cabeza de Bakero.