Barcelona 92 dio el gran salto
El deporte español está de aniversario. El lunes, 25 de julio, se cumplieron 30 años de la Inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, y ahora cada uno de estos días es el cumpleaños de algún suceso que marcó el camino de nuestro deporte o del deporte mundial, hasta la fecha de su Clausura, el 9 de agosto. Aquellos Juegos fueron un gran salto, un punto de inflexión, en ambos casos. Barcelona 92 acabó casi definitivamente con los boicots políticos, marcó la integración del profesionalismo en su programa con aquel mágico Dream Team de baloncesto, puso en escena una Ceremonia de Apertura y una mascota simplemente revolucionarios, dio un empujón a los Paralímpicos, y enseñó al mundo y a su propio pueblo que con voluntad y diálogo se pueden hacer cosas maravillosas.
Barcelona 92 también fue el gran salto del deporte español. Eso no significa que antes no existiera. Esos mismos días, Miguel Indurain celebraba en París su segundo Tour, y unas semanas antes, Arantxa Sánchez Vicario se había vuelto a codear con las mejores en Roland Garros. Pero a los Juegos íbamos con lo justo, faltaba el impulso polideportivo. En Seúl 1988 sólo se habían logrado cuatro medallas. En Barcelona fueron 22, 13 de ellas de oro, todavía récord. Este miércoles celebramos el primer oro, el que abrió al grifo, el que motivó al resto de la delegación: José Manuel Moreno. El ciclista gaditano tuvo un técnico extranjero, esa fue una de las razones de los éxitos. Hoy en día, España exporta entrenadores. Después llegaron otras fechas históricas, como el 31 de julio, con Miriam Blasco como el primer oro femenino. La mujer se subió a un carro del que ya nunca se ha bajado. Es más, en muchos Juegos han tirado de él. También hubo derrotas dolorosas, como el Angolazo o el waterpolo. Pero todas sirvieron para levantar luego la cabeza. Para competir sin complejos. Para siempre.