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Bailando con lobos

La temporada pasada, en los dos primeros partidos de la fase de grupos de Champions, el Madrid sumaba tres puntos, con una derrota en casa frente al Sheriff que llenó de presagios apocalípticos, memes y alegría al mundo antimadridista. El Madrid ganó la Champions. En Liga, después de seis partidos, sumaba 16 puntos. Ganó la Liga. Esta temporada ha empezado mejor, victoria en todos los partidos, dos en Champions y seis en la Liga, 18 puntos, además de la Supercopa de Europa. Veremos al final, pero el comienzo no está nada mal. Contra el Atleti, en un buen partido, ganaron en el Metropolitano con goles de dos jugadores a los que algunos “expertos " no les veían la enorme calidad que tenían: Valverde y Rodrygo.

La pasada temporada de lo que más se hablaba era del pasillo. Este año lo fundamental era el baile. A algunos, y no me refiero al público, parece que les ofende que un jugador del equipo contrario, claro, pueda bailar o dedicarlo a sus hijas, sacando la lengua como hace Gerard Moreno. Porque si el gol lo marca un jugador del equipo de casa puede bailar hasta el amanecer, faltaría más. Cómo me dolía cada vez que veía bailar a un gran futbolista, Ronaldinho. Pero no me molestaba el baile. Lo que cabreaba era el gol que nos había metido. Ya lo dejó muy claro Confucio: “Cuando el sabio señala la luna, el necio se fija en el dedo”. Viendo bailar a Rodrygo y a Vinicius no es el baile lo importante, es el gol que celebran. Bailaron, y van a seguir bailando, a veces con lobos racistas.

La Rianxeira, compuesta en Buenos Aires por dos emigrantes para recibir a Castelao, seguirá sonando en Vigo en honor al mejor jugador y máximo goleador celtiña de la historia. Y al que no incluye a ese futbolista excepcional, único, distinto, Iago Aspas, en una lista de 25, y que dijo que sabe más que todos, más que nadie, más que tú, y que tú, y que tú, le pueden cantar en Balaídos otra canción, tururú. Tenemos un gran seleccionador… en baloncesto, Scariolo, aunque a alguno no le gustaba y decía que ahí es donde fallábamos, en el entrenador. ¡¡¡Enhorabuena España!!!