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Así gana el Madrid

El relato de que el Real Madrid estaba donde estaba gracias a las ayudas arbitrales empezaba a calar. Joan Laporta y Xavi Hernández, en pleno arrebato desesperado, se habían encargado de ello y hace una semana, justo antes de visitar el Bernabéu, en Montilivi se coreó el clásico ‘Así gana el Madrid’ porque los altavoces mediáticos que tienen más cerca lo habían propagado por tierra, mar y aire. El debate no se zanjará aunque los blancos aplastaran al Girona en un partido clave para el campeonato porque hay a quien le conviene seguir apuntando al tendido para tapar sus miserias, pero debería servir para hacer una reflexión.

Sin Courtois, Rüdiger, Nacho, Militao ni Alaba, con Tchouameni y Carvajal como centrales, los de Míchel no tuvieron una ocasión hasta el minuto 47 cuando Lunin despejó un disparo de Miguel Gutiérrez. Para entonces el marcador ya señalaba 2-0 y la superioridad del Madrid era apabullante. Enérgicos, solidarios, currantes, con una presión alta asfixiante e instalados en campo contrario, no dieron opción y la calidad de Vinicius y Bellingham hizo el resto. Pero más allá del partido ante el Girona, los de Ancelotti ya habían demostrado en lo que va de temporada que eran, son, un equipo admirable que ha sabido reponerse a numerosos contratiempos.

Ojalá poder borrar la victoria ante el Almería con aquellas tres decisiones polémicas, una detrás de otra, porque el ruido seguirá arrastrándose hasta el final junto a las calculadas excusas de los que ya no saben qué decir para continuar engatusando a su parroquia. Dejarse engañar también es una opción y afirmar que la competición está adulterada, intentar restarle méritos a este Madrid amparándose en una supuesta conspiración y que encima te compren el relato da idea de lo conscientemente despegados de la realidad que están algunos para seguir vendiendo la burra, desviar la atención y que el personal no se fije justo donde debería: en el palco.