Ancelotti tiene empacho de centrocampistas
¿Por qué pergeñó Ancelotti tan rara alineación inicial contra el Atleti? Pues porque tiene demasiados centrocampistas en la plantilla y trata de buscar fórmulas para que le encajen los más posibles. Ninguno de ellos son cualquier cosa, se trata de jugadores de prestigio, varios de los cuales han costado mucho dinero. El de menos cartel es Ceballos, y aun así hablamos de un internacional fichado del Betis. Valverde vino para un último horneado en el Castilla, pero hoy es capitán de Uruguay. Tchouameni y Camavinga son fichajes de alto rango, y no digamos Bellingham. Sobre Kroos y Modric no hace falta extenderse. No cuento a Güler, mediapunta.
Así que primero redujo la delantera a dos, Rodrygo y Vinicius, con Bellingham compensando la ausencia de delantero centro con sus llegadas y olfato de gol, como cuarto centrocampista en la punta superior de un rombo. Falto de Vinicius, ante el Atleti desdeñó a Joselu, dejó a Rodrygo solo, y tras él colocó una mesnada de centrocampistas que no consiguieron organizarse. Con el modelo previo el Madrid había ido arrancando victorias con el golito cotidiano de Bellingham, pero ese 4-4-2 con los interiores algo cerrados dejaba a los laterales muy expuestos. Ante el Atleti el diseño se alteró para peor aún, con las consecuencias conocidas.
Ancelotti venía utilizando estos años el 4-3-3, la táctica más extendida entre los equipos grandes. ¿Podría ahora? Para los lados tiene a Vinicius, Rodrygo, Brahim (que estuvo bien ante el Atlético) y quizá Güler, aunque sólo un delantero centro, Joselu. Pero el mayor problema es el enorme atasco en el medio. Contando con que Bellingham sería intocable, quedan la pareja veterana y sabia Modric-Kroos, el trío potente sobre el que se planificó el futuro, Valverde-Tchouaméni-Camavinga, y Ceballos. Seis para rotar en dos puestos. Mucho lío. La plantilla está mal hecha y obliga a Ancelotti a resolver un sudoku diabólico. Y si encima falta Vinicius, que por sí definía un sistema, pues peor.