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Ayer Carlitos Alcaraz ganó su primer Gram Slam y se convirtió en el número 1 del tenis más joven de la historia. Una excepcional hazaña realizada por un joven de tan solo 19 años y que pertenece a la llamada generación Z. ¿Cómo son estos jóvenes y qué podemos esperar de ellos en las empresas?

Lo primero que tenemos que saber es que en pocos años serán el 20% de los trabajadores. Una cifra importante y a tener en cuenta por las personas que tengan que liderarlos. Su principal característica es que son pragmáticos, es decir, no pierden el tiempo en lo que no es importante. Tienen claro su objetivo y van a por él. Alcaraz lleva diciendo que se ve como número 1 del mundo desde hace años. Ese pragmatismo hace que sean inquisitivos y que no se den por vencidos fácilmente, incluso cuando los objetivos no terminen de llegar. Son también jóvenes globales, para ellos el mundo es su casa y la conocen a través de la red y ya también, a través del metaverso.

Los que tienen la oportunidad, también hacen por vivir esa experiencia de conocer el mundo al que pertenecen. Por supuesto, son expertos tecnológicos y esto hace que muchos de ellos traten de internarse en el mundo digital para, un día, convertirlo en su fuente de ingresos. La vena emprendedora es parte de su ADN. Son trabajadores incansables si lo que están haciendo es práctico y les gusta, si no probablemente se cansen pronto porque su impaciencia no les permitirá continuar haciendo algo que no les llena.

Sin embargo, y aunque pudiera parecer paradójico, buscan la seguridad, pisar terreno conocido para conseguir sus metas más rápidamente. Además, el hecho de que en su infancia y adolescencia vieron a su alrededor el sufrimiento de personas cercanas por acontecimientos tan globales como el 11-S, el auge del terrorismo, la crisis financiera y, más recientemente la pandemia y la guerra, hace que necesiten sentirse seguros en el entorno en el que se mueven.

Por supuesto, son colaborativos porque para ellos contribuir y crear la diferencia es algo relevante. Quieren un mundo mejor porque son conscientes de que lo que otras generaciones les están dejando, no es lo mejor para ellos. Sin embargo, no se olvidan de la remuneración que consideran importante porque necesitan sentirse valorados por el trabajo que realizan. A la generación Z los podemos encontrar subiendo contenido a Tik Tok, usando Twitch, viendo consejos financieros o de inversión a través de Instagram o hablando con amigos en Snapchat. Contenido rápido y que ellos eligen cuándo consumir.

Sabiendo todo esto, ¿cómo podemos integrar a esta generación en nuestras organizaciones? Te propongo varias acciones para llevarlo a cabo:

1. Crea relaciones de alta intensidad con pequeños grupos de trabajo que tengan un líder definido y que enseñe a la misma vez. Tras ver cómo Alcaraz abrazaba a los miembros de su equipo, podemos ver esa intensa relación.

2. Invierte en formación, en comunicación y habilidades interpersonales que es donde más lo pueden necesitar. Carlos tuvo más problemas para comunicarse que Casper Ruud, aunque siempre tuvo una sonrisa en la boca.

3. Fomenta los premios en los que se valore el trabajo bien hecho y hazlo de forma continua en tu organización para mostrarles que se aprecia lo que aportan. Alcaraz cree en él, pero necesita que también los demás se lo digan.

4. Ofréceles puestos soñados, utilizando términos como el intra emprendimiento donde ellos puedan desarrollar todo su talento. Les encanta tener oportunidades y esto les mantendrá motivados. Carlos tiene la oportunidad de mostrar todo su talento y de liberarlo cada vez que sale a la pista.

5. Dales autonomía, no sólo tareas. Proyectos nuevos que les comprometan con lo que pueden ofrecer a la empresa y a la sociedad. Alcaraz se ve como un ejemplo para los niños, aunque él lo era hace nada.

6. Prefieren las relaciones personales en el trabajo, porque ya pasan demasiado tiempo delante de una pantalla. La relación con el jefe es la de profesor-empleado en la que aprenden cosas que pondrán en práctica cuando las necesiten. El abrazo con su entrenador Ferrero se mantuvo durante más de 10 segundos. Un abrazo sincero, de gracias, de esto es en parte tuyo por el trabajo tan excepcional que hemos hecho juntos y, sobre todo, por lo que he aprendido de ti y por el potencial que has conseguido liberar en mí.

7. Valoran el mérito y no la experiencia. Quieren que se les tome seriamente y que se valore el impacto que tienen en la empresa. Carlos es el número 1 más joven de la historia. Tiene golpes que pocos tenistas eran capaces de desarrollar a esa temprana edad. “La experiencia es un grado” es un término que quedó obsoleto para esta generación. La generación Z va a ser muy valiosa y marcará la diferencia en aquellas empresas que estén dispuestas a darles el espacio para que liberen todo su potencial. Aquellas que quieran tratarles como al resto de empleados, perderán un talento único para conseguir los objetivos en esta nueva era en la que nos adentramos.

Jose Miguel Sánchez: psicólogo especialista en entornos empresariales y deporte