Alcaraz crece, crece y crece
Carlos Alcaraz vapuleó hoy a Alexander Zverev como si tuviera enfrente a un principiante: 6-1 y 6-2, en apenas 82 minutos de juego. Pero Zverev es todo lo contrario a un rival flojo, estamos ante uno de los grandes tenistas del circuito ATP. Vamos a recordar algunos detalles para contextualizar el valor de la victoria de Alcaraz. Este mismo partido, que ahora se ha reeditado en los octavos, fue la final del año pasado en el Madrid Open. Entonces se decantó a favor de Carlitos, con un desenlace parecido, pero el alemán llegó a aquel choque como el vigente campeón de un Masters 1.000 que había ganado en dos ocasiones, en 2021 y en 2018. Zverev también se plantó en aquella cita con el balance a favor frente al español, y lo sigue manteniendo de su lado a pesar del zarandeo de ayer: 3-2 para el germano. Es cierto que Sascha, ahora el 16º del mundo, todavía dista del jugador que ocupó el número dos y que aspiraba a liderar la etapa de sucesión del Big Three, después de superar una larga lesión, pero aun así continúa siendo un tenista de calidad infinita.
Si bien los pronósticos sonreían a Alcaraz, se esperaba una mayor oposición del hamburgués, que fue un muñeco frente a la raqueta del murciano. Se juntó la ecuación perfecta. Ese Zverev todavía distante, inseguro, sin ritmo. Y ese Alcaraz en racha, que venía de pasearse en Barcelona y que, a pesar de su titubeante debut ante Emil Ruusuvuori, ya ha reencontrado su juego más certero, como se vio ante Grigor Dimitrov y como refrendó ante Zverev en un partido sin apenas fallos. Alcaraz camina, firme pero sin confianzas, hacia la revalidación del título en Madrid, aunque su mirada anhelante se pierde en un horizonte más lejano, en Roland Garros. Con Rafa Nadal y con Novak Djokovic inactivos, su figura crece, crece y crece.