Alcaraz gana también a Zverev para ser campeón en Madrid

En una hora y dos minutos, y tras ceder cuatro juegos, Carlos Alcaraz puso este domingo el broche de oro a un grandísimo Mutua Madrid Open. En la final más corta y con tanteo más bajo de los 20 años de historia del torneo (6-3 y 6-1), el murciano se merendó al vigente campeón, ganador también en 2018, Alexander Zverev, que sólo había perdido dos partidos en la Caja Mágica (19-3 ahora), ninguno de ellos en el estadio Manolo Santana. Fue un visto y no visto, una especie de espectacular entrenamiento con público, con pocos intercambios largos y apenas grandes puntos.

Pero los 12.500 aficionados que abarrotaron la central disfrutaron al máximo de los 62 minutos de exhibición que ofreció Alcaraz para ganar el quinto título de su carrera, cuarto en 2022 (es el líder en ese apartado) y segundo de Masters 1.000 tras el de Miami. "Ahora mismo eres el mejor del mundo", le dijo Zverev, rendido, en la entrega de trofeos.

Con 19 años y tres días, Carlos V de España, el Prodigioso, es el vencedor más joven del abierto español (Nadal lo fue con 19 y cinco meses); el más precoz en ganar dos Masters 1.000 desde que el balear triunfó en Montecarlo y Roma en 2005; el líder del curso en victorias (28); lleva siete seguidas contra top-10, 11 en total; es sexto del mundo y segundo en la carrera a las ATP Finals, a 70 puntos del primero, Nadal; no ha perdido nunca una final (5-0), es el sexto jugador de la Era Open (desde 1968) que gana las cinco primeras que disputa y el tenista que ha levantado al menos cinco trofeos con menos edad desde Rafa, que entre 2004 y 2005 cosechó siete más la Copa Davis. "Creo en mí mismo, siempre digo que no juego finales, las gano", afirmó el muchacho.

Todo esto lo consigue por superar en la capital a cinco finalistas de Masters 1.000, Basilashvili, Norrie, Nadal, Djokovic y Zverev, los tres últimos, número cuatro, uno y tres del ranking, respectivamente. Una hazaña que nadie lograba desde el argentino Nalbandian, que pudo con Djokovic, Nadal y Federer, precisamente en Madrid, en 2007. "He ganado a dos de los mejores de la historia, también a Zverev, diría que es la mejor semana de mi carrera", admitió el titán de El Palmar.

La retahíla de datos se hace necesaria, porque el partido en sí tuvo poca historia. El dominio de Alcaraz, desde que logró controlar el bote de los potentes saques (alguno a 224 Km/h) de Zverev, fue absoluto. "Charly, que dure más de una hora, por favor", gritó un espectador desde la grada. Pero el chaval apabulló al alemán de 25 años en el factor que teóricamente le favorecía, el servicio. Charly perdió únicamente tres puntos con primeros y otros tres con segundos (ver estadísticas). Además, apenas cometió 11 errores no forzados y sólo necesitó 12 golpes ganadores para mantener a raya a su rival, que no tuvo ni una opción de quiebre. Con el tobillo inflamado y una ampolla infectada, el español galopó hacia el triunfo con un parcial de 10-2 a partir del 2-2. Estuvo muy fino, pero dio la impresión de que no tuvo que recurrir al 100% de su talento para vencer a Sascha con cuatro breaks. En el 4-1 del segundo set le endosó una combinación humillante de dejada y globo que acabó con su escasa resistencia.

Sorprendidos

"Ha sido una final inesperada. Esperábamos más dificultad, sobre todo con el saque de Zverev. Pero Carlos afronta las finales con una actitud y un saber estar inaudito", dijo su entrenador, un atónito Juan Carlos Ferrero, que lo fue de Zverev durante un corto espacio de tiempo. El teutón ahora cuenta con Sergi Bruguera en el banquillo. "Ha sido un torneo de diez. Con victorias sonadas. Es la primera vez que gana a jugadores tan importantes y encima en casa, lo que lo hace superespecial", añadió el valenciano. Se baja del cuadro de Roma para descansar y preparar Roland Garros, donde, si nada se tuerce, desde el 20 de mayo será favorito. "Creo que estoy preparado para ganar un Grand Slam, es un objetivo para mí este año, voy a trabajar para ello y a ver qué sucede en París". De momento, ha conseguido lo que se ha propuesto y antes de lo que él mismo pensaba. Así que se puede esperar lo mejor de él. No se lo pierdan.