Nunca más vayan a Saint-Denis

Más vale tarde que nunca. El comunicado del Madrid pidiendo explicaciones por los inaceptables sucesos acontecidos en Saint-Denis llega a tiempo. Las quejas de la afición madridista han sido tan sentidas como justificadas. Jamás en una final de Champions, de las 17 que ha jugado el equipo blanco en toda su Historia, el seguidor blanco se había visto humillado, atracado, amenazado y golpeado como aconteció en ese infierno ubicado a 13,8 kilómetros del Arco del Triunfo. París vive una realidad paralela que Macron y Ceferin no quisieron valorar cuando designaron el Stade de France como sede tras el inevitable cambio por la guerra (al principio se iba a jugar en San Petersburgo).

Pues lo vivido por los 20.000 aficionados madridistas, y bastantes del Liverpool, no hubiese sido peor en la coqueta ciudad del Báltico. Hay que exigirle al Ministerio del Interior de Francia que se disculpe ante la desastrosa estrategia de seguridad. Los antidisturbios se desentendieron del primer anillo y allí los rateros de Saint-Denis, con bandas organizadas para el pillaje y el robo, se quedaron con entradas, carteras, móviles... Y al final del partido, una ratonera camino del Metro en la que la violencia hizo el resto, con familias con niños ultrajadas y humilladas. Jamás volveré a Saint-Denis. No se les ocurra a ustedes ir allí a los Juegos de París...