Momento de unidad… todos juntos, a por el ascenso

La victoria de Ipurua (0-2) ha hecho que rebrote la ilusión de la que parecía marchitada flor del ascenso directo. Pero no solo fue el triunfo, también la manera en que este se produjo lo que ahora anima a los fervientes hermanos de la cofradía del clavo ardiendo, a aferrarse con esperanza a esta posibilidad.

La tan manida frase de que el fútbol es un estado de ánimo aumenta la fe de los creyentes y alimenta la de los escépticos. La victoria debería insuflar esa confianza y seguridad hasta hace muy poco minada por las oportunidades perdidas, pero no es momento de mirar hacia atrás, y sí de hacerlo con determinación hacia el presente y futuro más inmediato. En Éibar, el estado de ánimo ha bajado de forma considerable, en noventa minutos pasaron de celebrar el ascenso, a verse hoy con la imperiosa necesidad de no fallar. Y aquí es dónde debemos mostrarnos ahora con contundencia, confío en nuestro Pucela.

El equipo blanquivioleta no va a tener un rival fácil el sábado, la Deportiva llega en un buen momento y con mucha necesidad; casi me atrevería a decir que en este partido se juega más la Ponferradina que el Real Valladolid, y esa será una circunstancia de la que debemos aprovecharnos. No va a ser un camino de rosas el duelo con los de El Bierzo, y ni el entrenador, ni los jugadores podrán permitirse perder la cabeza, como tampoco la afición podrá dejar de creer durante los noventa minutos, vayan como vayan las cosas.

Sumar los tres puntos significaría desbordar de presión al Éibar que juega inmediatamente después de nosotros en Butarque, lo que allí suceda no depende ya tanto de nosotros, pero sí en cierta medida de un exblanquivioleta como Nafti. De cualquier forma, lo que sí está en nuestras manos es meterle el miedo al Éibar para que le tiemblen las canillas.

Habrá muchos niños en el estadio el sábado gracias a la fantástica iniciativa llevada a cabo por el club de invitar a los chavales y chavalas del fútbol base de Valladolid; éstos no paran de animar ni un segundo, bien por la acción. También viajarán 700 desde Ponferrada.

El Real Valladolid está hoy en la posición de Nadal con tres bolas de partido para su oponente; es un juego de presión psicológica. Peleemos por el set hasta el último suspiro, en el peor de los casos si al final no falla el rival, nos queda el tie break... pero a éste debemos llegar cargados de confianza.