La fábrica de sueños ilimitados

La mentalidad competitiva de Pellegrini parece innegociable. En Mestalla, bajo un escenario de escasas intenciones, el Betis estiró los reflejos de aquellas virtudes que marcaron su temporada. Sin demasiado brillo, sin apenas imponer sus mandos sobre el césped, pero con una pegada de Champions. La que durante buena parte del curso hizo soñar con la opción de disputar la competición continental reina y que ahora parece más utopía que realidad. La solvencia en el área rival desbloqueó un choque que apuntaba a la nada. Nadie se duerme con Pellegrini bajo los mandos. Y menos si las matemáticas aún enseñan un camino abierto.

Hubo nombres propios reseñables en el golpe verdiblanco. Willian José abrió el festival para aclarar que no es ninguna pieza secundaria en este proyecto. A su lado, Rodri evidenció que tiene más fútbol que el que reflejó en los últimos meses. Es la llave de cantera de Pellegrini para incidir en que no sólo el mercado definirá las pretensiones reales del futuro de su proyecto. Si Fekir iluminado, casi siempre lo está Canales. A su ritmo. Sin su mejor carrera. Sin su mayor liderazgo. Pero con ese guiño infinito a ser diferencial. Asistió y marcó antes de que Borja Iglesias enseñara los dientes. Quizás no se dibujen más sueños gracias a esta victoria, pero en Heliópolis confían en un plantel que aprendió al fin a competir siempre. O casi siempre. Con Pellegrini como profesor intocable.