Guardiola se destiñó
Cuello vuelto negro, look casual y mirada altiva. Pep Guardiola llegó al Santiago Bernabéu como si fuera Steve Jobs presentando su último invento, pero el Real Madrid no mordió su manzana. En contra de su propia costumbre, el técnico catalán apostó por un planteamiento conservador, sin cambios drásticos en el once. Eso ayudó al Manchester City, que en los primeros minutos se escapó del miedo escénico.
Sin embargo, había algo que no terminaba de encajar a Guardiola, que en lugar de celebrar el gol de Mahrez, allá por el minuto 70, prefirió dar indicaciones a Rodri, su embajador en el campo. El entrenador del City se temía lo peor y reformuló su once llenando el medio de camisetas azules, pero se acabaron destiñendo de blanco con los goles del Madrid.