Lo que ocupa y preocupa a Carlos Soler
El Valencia salió de buena mañana a desmentir que tenga ningún acuerdo con el Barcelona para el traspaso de Carlos Soler. La propia espiral de desmentidos en la que ha entrado el club en las últimas semanas le obligaba a negar la mayor. No hacerlo a 2 de mayo le hubiera propiciado su particular levantamiento, porque cuando haces del desmentido tu leitmotiv en comunicación, si uno calla, otorga. Sin embargo, siguen sin haber noticias del comunicado de las renovaciones de José Luis Gayà y Carlos Soler, sus dos capitanes que entrarán a 1 de julio en su último año de contrato.
El sentido común dice que a la puerta de Carlos habrán llamado clubes de aquí y allá. Entre ellos, Xavi mediante, el Barcelona. Soler es bueno (internacional), bonito (25 años) y las circunstancias le hacen ser poco caro (contrato hasta 2023 y un Valencia vendedor, décimo y con pérdidas). A Carlos Soler desde hace un tiempo le ocupa qué hacer con su futuro y le preocupa cómo hacerlo, porque suele ocurrir las más de las veces que cuando un canterano decide irse de su club o le llaman veleta o directamente pesetero. Y eso sí merece un desmentido, porque las inquietudes personales que cada uno tiene para su vida cuentan en las decisiones y los proyectos influyen, y el del Valencia es inquietante, carente por tercera temporada consecutiva de Europa.