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El Pucela recupera puntos perdidos en partidos anteriores

Había que ganar y el Real Valladolid sumó los tres puntos en Anduva (0-1). Otra cosa es que a nadie nos gustó el partido del Pucela ante el Mirandés, un equipo con mucho futuro, con jugadores muy brillantes que lo hicieron todo: dominaron, fueron mejores, crearon ocasiones, pero carecieron de efectividad. De alguna manera, fue el espejo de lo que ha sido en muchos partidos el conjunto blanquivioleta que ha avasallado a sus rivales, pero ha dejado escapar victorias por esa falta de acierto, como por ejemplo, el encuentro ante el Almería de la semana pasada.

Los de Pacheta no pasan por su mejor momento. Empezamos a vislumbrar que los cambios de dibujo y alineaciones, además de por las bajas, tienen que ver con el estado de algunos jugadores que son claves. El Real Valladolid sigue sin controlar los partidos. Da igual que juegue con los "tres tenores" o con ellos, más Iván Sánchez. No domina los encuentros, ha dejado de ser fluido con el balón, de defenderse con la pelota, de hacer contragolpes mortales u originar una veintena de ocasiones. Tampoco es fiable en defensa. En Miranda no ha encajado, pero ese hecho sólo es explicable por la providencia, que desvió tres balones a los palos, y las intervenciones de Masip. La salida de El Yamiq, al final, para volver a los centrales ayudó, pero...

El precio de haber vuelto al segundo puesto y meterle presión al Almería en su encuentro ante el Sporting ha sido caro. Además de ver su parte fea, cuatro jugadores serán sancionados. La roja de Monchu es incuestionable, la quinta amarilla de Nacho y Luis Pérez, necesarias, la decimoquinta de Roque Mesa, otros 500 euros, típica. Creo que ninguno forzó la amonestación para poder estar ante el Eibar. Además, Josema se une a los jugadores que acabaron sobrecargados y con necesidad médica. Al principio de la temporada el club sacó pecho del trabajo de prevención, pero el común de los mortales empieza a sospechar que el número de lesiones, a esta altura de la temporada, sigue siendo altísimo, como el año pasado.

Más allá de lo que haga mañana el Almería o de los rescoldos que deje el encuentro ante el Mirandés, el equipo ya debe pensar sólo en el encuentro ante el Sanse. Un equipo que juega bien, de formación, que pelea por no descender. Puede parecer una perita en dulce, pero nada más lejos de la realidad. Será otro partido complicado. Bien haríamos todos en centrarnos en este duelo y no poner la cabeza ya en Ipurua. Ganar a los donostiarras es fundamental, es la puerta de acceso para arrebatar el puesto de ascenso directo a los armeros. Sin una primera victoria no es posible el asalto al conjunto de Garitano. Ese puente ya lo pasaremos.