Roque Mesa: "Por cada amarilla me automulto con 500 euros"
El canario del Real Valladolid atiende a AS para explicar que busca su segundo ascenso a Primera, haciendo autocrítica y poniendo el foco ya en el encuentro ante el Mirandés.
Roque Mesa (Telde, Las Palmas, 7 de junio de 1989) es un líder. Siempre lo fue por su calidad y su carácter. Tras encadenar dos descensos seguidos, con Leganés y Real Valladolid, ahora está muy centrado en conseguir su segundo ascenso. Ya consiguió subir a Primera con Las Palmas, mediante playoff, pero ahora quiere hacerlo de manera directa.
¿Dura todavía la decepción de que se escaparan dos puntos al final frente al Almería?
Yo creo que es un partido que deberíamos haber ganad;, fuimos muy superiores, pero al final cometes un fallo, te empatan y te vas con esa sensación. El equipo compite muy bien, está en una línea muy buena y de aquí al final van a pasar muchas cosas. Desde hace mucho tiempo vengo diciendo que ese partido no decidía nada. Es verdad que por el ambiente, por la afición, nos hubiese gustado ganar, pero lo importante viene ahora. El partido del domingo ante el Mirandés sí es una final, no nos podemos dejar puntos, luego viene la Real Sociedad B... Ahora viene lo realmente complicado. Partidos como el del otro día los quiere jugar todo el mundo, no hace falta motivarte. Esto no se va a decidir hasta el final.
¿Cómo lleva un futbolista esa tensión de estar ahí, a punto, pero no terminar de meterse entre los dos primeros?
La verdad es que llevamos toda la temporada así, nosotros hemos estado quintos, cuartos, últimamente, terceros... Creo que quien se tiene que preocupar de verdad es el Eibar y el Almería, que llevan toda la temporada ahí. Nosotros seguimos igual. Creo que sólo hemos estado primeros una jornada de manera circunstancial. Nosotros lo afrontamos igual. Quienes deberían estar nerviosos son ellos, porque son los que han estado ahí gran parte de la temporada. Cuando tienes esa presión de que has estado mucho tiempo primero, que lo puedes conseguir y ves que lo puedes perder... es jodido. Nosotros somos los únicos que tenemos que mirar por nosotros mismos.
Usted es líder en el campo, en el vestuario... ¿Cómo se forja un líder?
Yo creo que tiene que ver con mi forma de ser. Siempre he tenido una personalidad fuerte, me gustan las cosas bien hechas, la honestidad. Intento siempre ayudar, contagiar una mentalidad ganadora. A muchos les digo que Segunda está bien, pero que lo verdaderamente importante es estar en Primera, que es un escaparate para todo el mundo. Sin menospreciar a nadie, pero todos queremos jugar en el Bernabéu, en el Camp Nou o en el Metropolitano.
¿Ya era líder desde pequeñito, se recuerda así de niño?
Sí, al final va en la forma de ser. Siempre he querido llevar la iniciativa, ser protagonista con el balón, intentar dentro del campo cogerla y tenerla. Imagino que eso lo ven los compañeros y se contagian. Pase lo que pase yo siempre pido la pelota, ser protagonista.
Usted salió con 15 años de Telde, de su casa, hacia Valencia, a la cantera del Levante. ¿Fue duro o entendía que era uno de esos sacrificios que tenía que hacer para ser futbolista?
Siempre he sido atrevido, me gustaba explorar cosas nuevas; desde pequeñito quería jugar al fútbol y lo vi como una oportunidad, como algo bonito. Es cierto que me fui siendo un niño, pero me ayudó bastante a madurar, a valorar mucho las cosas. Estar fuera del entorno familiar, de tu círculo de amigos, de tu gente, te demuestra que la vida no es fácil. En su momento no lo veía demasiado positivo, porque te preguntas si merecerá la pena. Date cuenta que ha habido chavales que dejaron también atrás una vida y luego no han sido futbolistas. A mí me ayudó bastante y estoy contento de la decisión que tomé.
Antes de viajar a Valencia, ¿cómo era su vida? ¿Siempre con un balón en los pies?
Estaba todo el día con el balón, sí, con los amigos, jugando en la playa, en la calle. Ahora los tiempos han cambiado, los niños se quedan metidos en casa. Teníamos una pelota pegada al pie todo el rato, incluso en el colegio. Yo tenía la suerte, además, que al lado de la casa de mis padres había una cancha de fútbol y pasaba mucho tiempo allí.
¿De pequeñito pensaba que podría llegar a ser profesional?
No, no lo piensas. Yo jugaba para divertirme con mis amigos. Es verdad que cuando yo me vengo con 15 años a la península ya me lo empiezo a tomar más en serio.
¿Con qué se queda de aquellos primeros años?
Me quedo con todas las vivencias. Era un chico de 15 años que no vivía con sus padres para que te dijeran lo que tenías que hacer y lo que no. Haces cosas de joven que si estuvieras con tu familia no harías. El relacionarte con otros jugadores en tu misma situación hace que te apoyes mucho en ellos.
Usted estuvo en Valencia hasta los 19 años y luego pasó por la cantera del Tenerife y de Las Palmas con una cesión al Atlético Baleares, con lo que hasta los 22 o 23 años no se asienta en el equipo amarillo. ¿Se agobiaba por la falta de confianza o vivió el momento?
Al principio, con 19 o 20 años, piensas que vas a dar el salto y luego no lo das... y te da por pensar que a lo mejor no te da para más, pero sigues peleando y yo soy un poco martillo pilón. Cuando veo que no consigo algo, intento hacer más, pero es verdad que hay muchos que se quedan por el camino. Son circunstancias. Hay jugadores que tardan más en explotar y otros menos. Y no pasa nada. Hasta los 22 o 23 años no llegué al primer equipo. A esos jugadores que ven que no tienen esas oportunidades o no les salen las cosas yo les digo que sigan intentándolo. El fútbol te da la oportunidad cuando te la tiene que dar.
Ese mensaje es el que cuadra con el caso de Álvaro Aguado, un jugador que ha estado dos temporadas cedido, prácticamente en blanco, que estaba en la lista para salir en pretemporada, pero que, de repente, parece haber explotado...
Eso es el fútbol, parecía que iba a salir otra vez y, al final, se queda y el míster empieza a contar con él y se convierte en un jugador muy importante para nosotros. Eso es el fútbol. Da igual lo que hayas hecho hoy, mañana no se acuerda nadie. Hay que estar siempre al pie del cañón. Él siguió trabajando al máximo y ahora es uno de los jugadores más importantes para el equipo.
Volviendo a su trayectoria, en la temporada 2014-15, Paco Herrera le da las llaves del primer equipo de Las Palmas, logran el ascenso en playoff eliminando primero al Real Valladolid y llega su eclosión.
Aquella temporada empezamos muy bien con Paco, pero después nos vinimos abajo y nos metimos en playoff por los pelos. Estuvimos mucho tiempo primeros, pero después nos tocó jugar la promoción. La primera eliminatoria contra el Real Valladolid y la segunda contra el Zaragoza, que remontamos el 3-1 de la ida con un gol mío. Aquel año jugábamos muy bien, íbamos de maravilla, éramos primeros, pero la Segunda es así; empezamos a perder partidos sin saber la razón. Nos metimos en playoff y gracias. Y el playoff es una liga diferente donde no cuenta nada de lo que hayas hecho anteriormente. Lo hicimos bien y ascendimos. Fue un buen año para mí.
¿Qué tienen los futbolistas canarios, que tienen mucho toque, pero también un carácter especial para lo bueno y para lo malo?
Nosotros pasamos mucho tiempo en la calle, somos alegres en el campo, nos gusta hacer cosas diferentes, pero es verdad que también somos un poquito anárquicos, que vamos un poquito a nuestra bola, pero es parte de nuestra forma de ser. Tiene que ver con la forma en la que nosotros vemos la vida. El otro día, por ejemplo, ante el Almería, yo me veo el partido después y me pregunto: ¿Por qué no habré matado el partido teniendo la pelota? Nos pudo el querer ir a por el tercer gol. Quizás pecamos un poco de ambición. Lo suyo habría sido parar el partido. Seguramente, si yo digo 'vamos a parar', habríamos ganado el partido.
Hay dos jugadas consecutivas en las que usted y Aguado se van a presionar juntos al lateral derecho y luego al izquierdo, donde los almerienses salen bien y crean contragolpes de cinco contra tres, siendo que el Valladolid iba ganando...
Es eso. Teníamos que haber parado el partido y decir: ahora que vengan ellos. También es verdad que si metemos el tercero se acaba el partido, pero son las ganas del equipo, de ir a por más goles.
Pero al equipo le falta un poco de control; hemos pasado del blanco al negro, de que el equipo se meta en su área cuando se adelanta a atacar con todo sea cual sea el resultado... A lo mejor hay que buscar el gris...
Sí, también. Sé que mucha gente puede pensar que lo importante era la victoria, pero nosotros en el campo buscábamos el tercer gol. Si hubiésemos hecho el tercero no estaríamos hablando de esto. Son malas decisiones, pero eso muestra también las ganas que tiene el equipo de ganar, de ir, ya que el año pasado fue un año duro en el que el equipo era completamente contrario. Este año, con los jugadores que estamos, nos gusta el balón, atacar y... lo pagamos. Lo normal es que el otro día hubiésemos ganado 4-1.
¿Cómo fue la experiencia en Inglaterra, en el Swansea?
Con la afición, con la gente, con la forma que tiene la gente de ver el fútbol, con los clubes que apuestan por los jugadores, pero con el fútbol, no, porque el equipo al que fui no jugaba y eso me hizo sufrir. Jugábamos mucho al pelotazo, no me adapté bien, pero la experiencia fue buena.
Después llegó al Sevilla, donde no tuvo demasiadas oportunidades... ¿Fue una decepción para usted?
En el Sevilla hay muy buenos jugadores. No tuve muchas oportunidades, pero esto es así. Cuando vas a un equipo top, tiene jugadores top y hay buenos jugadores en tu puesto y el míster decide. Estuve temporada y media donde jugué bastantes partidos. No fue una decepción. Cuando vas a esos equipos sabes que puede pasar.
Después sale cedido al Leganés y luego ficha por el Real Valladolid sumando dos descensos. ¿Eso le marca o se lo toma de revancha, como pensando que tiene que darle la vuelta a esto?
Sí, es verdad que son dos descensos. Es fútbol y, a veces, es jodido. Sientes la necesidad de decir: va, ya está bien; vamos a hacer un equipo competitivo y devolver al equipo a la categoría que se merece. Jugar en Primera es la leche, pero conseguir un ascenso es muy bonito. Yo lo viví en Las Palmas y es.... Cuando desciendes piensas que se acaba el mundo y cuando asciendes es una sensación única, donde todo el mundo se vuelca. Un ascenso es algo diferente, algo especial.
Cuando desaparece el fútbol, cuando usted llega a casa, ¿cómo es?
He aprendido, con el tiempo, a dejar el fútbol aquí (en el estadio), pero no puedo. Debo mejorar. Cuando pierdo lo paga mi mujer, lo pagan los que están siempre ahí. Cuando ganamos no me gusta hablar de fútbol, no me gusta el halago, pero cuando perdemos me gusta buscar soluciones. Y tengo que mejorar en eso.
Usted ha sido papá hace poquito... ¿Cómo lo llevan sus hijos? ¿Les gusta el fútbol?
Tengo dos niños canarios y dos vallisoletanos. Los dos canarios viven allí con su madre y los dos de aquí viven conmigo. Al niño mayor, que tiene ocho años, le gusta bastante.
¿Le da consejos?
No le digo nada. Él muchas veces me pregunta, yo le respondo en base a mi experiencia, pero yo lo que le digo es que intente disfrutar, que se divierta con sus amigos, pero que el fútbol es complicado, difícil, y que tiene que estudiar. Pero le gusta. Cuando viene aquí se lo pasa bien, le gusta el ambiente, le gusta el fútbol, se da cuenta de muchas cosas en plan: papi, vaya patadas que te han dado o tenías que pasarla allí... Veo que le gusta y que lo va entiendo, pero no le doy importancia.
¿Le gustaría volver o terminar jugando otra vez en Las Palmas?
No lo sé. Yo estoy muy feliz aquí, mi mujer, también. Ahora mismo sólo pienso en cumplir mi contrato aquí que nos queda este año y otro más y ahora solo pienso en blanquivioleta.
¿Y después del fútbol? ¿Entrenador?
No lo sé, la verdad, me pica la curiosidad de seguir vinculado, pero no el ser entrenador. Es un cargo muy complicado, soy un tipo bastante justo y honesto y siendo entrenador no siempre puedes serlo. Y me cuesta porque puedo tener que ser injusto con los jugadores. Quiero seguir vinculado, pero no lo sé, en otro área.
Acabamos con fútbol otra vez. Lo que le dice su hijo... ¿cómo lleva que los rivales le den tantas patadas para pararlo o sacarlo del partido?
Bien, sin más. No me preocupa.
Y vinculado con eso, es de los jugadores que más regates hace, que más pases da y, sin embargo, el que más amarillas ha recibido, 14.. ¿Por qué?
Es una faceta en la que tengo que mejorar bastante, siempre he visto muchas amarillas por protestar, pero es que vivo el fútbol así, con mucha pasión dentro del campo; soy muy eléctrico. Muchas de las tarjetas se deben a la energía que desprendo. A lo mejor piensan que les intento intimidar y no tiene que ver con eso, tiene que ver con que lo vivo con mucha energía. Tengo un bote para automultarme yo mismo, cada vez que me sacan una amarilla, pago y luego lo dono a gente que lo necesita, con el fin de limitar esa pasión, esa energía, pero es que muchas veces ni lo pienso. Lo vivo así. Hay gente que me pregunta que por qué no me dosifico para partidos importantes... nada. No pienso en eso, ni en calcular cuándo es bueno que me la saquen para perderme un partido.
Ahora mismo está a una de cumplir el tercer ciclo de sanciones...
Sí, pero yo juego igual. Si me la sacan, pues me la sacan. No pienso en el siguiente partido. Pienso en ganar todos los encuentros como sea. Para mí todos los partidos son importantes.
Una pregunta indiscreta... ¿A cuánto está la tarjeta amarilla en sus automultas?
A 500 euros. Este año ya llevo 14 amarillas, así que... hagan cuentas. Con ese dinero ayudaremos a alguien.. A final de temporada vemos a quién le hacemos una donación.
¿El año pasado a quién fue?
El año pasado hicimos una donación a la Cruz Roja, por el tema del Covid y demás. Este año no sé si haremos algo del tema de la guerra de Ucrania o algo del tema de las ayudas por el volcán de La Palma. Lo veremos a final de temporada.
La última, lo que quiere saber todo el mundo. ¿Subirá el Real Valladolid directo?
(Piensa la respuesta) Yo confío en que sí. Esto es fútbol y puede pasar de todo, pero mi sensación es que sí. Si nosotros pensamos en nosotros y pensamos, como equipo, que somos mejores, porque creo que lo somos, subiremos. Todo empieza por el domingo. Mira. Ante el Almería se lesiona Javi Sánchez (por cuatro partidos) y me decía ayer: "Cómo me acuerdo de tus palabras cuando me decías que el partido importante no era el del Almería, sino el de la semana siguiente". Son jóvenes, quieren jugar, salía de una lesión...
...entiendo que usted le recomendaba que parase y recuperase del todo...
Claro, yo le dije "Javi, hoy no es importante el partido (frente al Almería), tenemos jugadores". Era importante por la afición, por el ambiente que se generó, era de Primera, a todos nos gusta jugar ese partido, pero cuando vienes de una lesión.... yo le decía que era mejor parar para afrontar recuperado lo que viene, que es lo más importante, porque el ascenso no era el sábado. Pasara lo que pasara no era definitivo. Lo importante viene ahora, el domingo, ante el Mirandés. De nada vale lo que hicimos el sábado si el domingo no ganamos en Miranda. Es un partido trampa. Es un equipo jodido, difícil. Ellos juegan muy bien y no se juegan nada. Como nos vayamos de allí perdiendo, que puede pasar, moralmente saldríamos tocados. Faltarían cinco partidos, pero si queremos optar a subir directos, el domingo tenemos que ganar sí o sí.