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Una caída de once metros

Del posible 2-0, al 1-2 en tan solo siete minutos. El partido dio un vuelco cuando entre bambalinas se decidió que sería Roger Martí el que patearía el segundo penalti, cuatro minutos después del tanto de Morales desde los once metros. La decisión salió rana (es el cuarto penalti que falla el Levante en lo que va de temporada) y Xavi sacó su as de la manga cuando peor pintaban las cosas: Pedri y Gavi al campo. Los dos menudos agitaron el partido y movieron al Barça al son de su fútbol. Ellos levantaron un partido que olía a una nueva gesta en clave granota frente a los culés. Y es que el Barcelona no ganaba en Orriols desde 2018.

Poco duró la alegría para un Levante que metió de nuevo un susto en el cuerpo a los blaugrana. En buena parte del partido, especialmente en la primera mitad, los de Alessio Lisci se crecieron en los duelos uno a uno por todo el campo y transitó con peligro hacia la meta de Ter Stegen, que sostuvo al equipo en el primer acto. Pedri y Gavi fueron los únicos que rompieron el orden granota y cambiaron el partido en un abrir y cerrar de ojos. Entraron en el 56, y en el 63 el Barça ya dominaba en el marcador. Sin embargo, otra vez desde los once metros el Levante tenía una oportunidad en un partido que se alocó en el tramo final. El tercer lanzador de la noche, Melero, no falló. Pero Luuk De Jong dio el golpe final para una caída de once metros en el Ciutat de València.